Basagoiti: «Si ETA es capaz de marcar una fecha electoral, quien la decida se equivocará»

«Si alguien asocia unas elecciones a ETA se está autosuicidando» , ha advertido, en alusión al PSOE, aferrado a esa baza como única tabla de salvación que podría tapar su cuestionada gestión de la crisis.

Ante el hipotético final de la banda, Basagoiti ha reiterado que «lo importante es que se acabe bien con ETA , lo de menos es el día de la semana o el ministro». «A mí me importa un pimiento quién se cuelgue la medalla, a mí lo que me importa es que se acabe ETA ya de una vez por todas y acabe bien, con paz y con libertad», ha añadido.

«Si ETA es capaz de marcar una fecha electoral, quien decida esa fecha electoral se habrá vuelto a equivocar, dependerá de ETA y será un error mayúsculo», ha insistido Basagoiti, quien junto a su compañero en Guipúzcoa, Borja Sémper, han dado a conocer este martes el plan de choque «antiBildu» que garantice la ejecución de 24 proyectos estratégicos del País Vasco a los que se oponen los radicales.

Entre otros, el trazado del AVE vasco (TAV), el Puerto Exterior de Pasajes, la fusión de las cajas o el metro urbano de San Sebastián. Un documento que el PP ha remitido ya a Patxi López (PSE) y Iñigo Urkullu (PNV) para evitar que Bildu, desde el gobierno foral de Guipúzcoa o los ayuntamientos, logre paralizarlos.

Para los populares vascos, son «proyectos cruciales» que «no pueden ni deben pararse» por la llegada de Bildu y su diputado general, Martín Garitano, quien según Basagoiti pretende «encerrar a los vascos bajo siete murallas» y convertir Euskadi en «una aldea prerromana» alejada del progreso y el bienestar.

La suma de PP, PNV y PSE en todas las instituciones evitaría que Bildu vete las infraestructuras e iniciativas económicas pendientes al no contar con mayoría absoluta. «No hay excusa (para el consenso con peneuvistas y socialistas). Esta es una propuesta pro Euskadi», han reiterado los populares.

El listado incluye la defensa de la Capitalidad Cultural de San Sebastián tal y como se concibió en un principio, la reapertura de Chillida-Leku y el respeto de los principales festivales culturales donostiarras como el de Cine reforzando su carácter internacional y huyendo de «adoctrinamientos» o «discriminaciones».