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El Gobierno admite ya el rol político del científico Simón

A diferencia de sus homólogos, es un portavoz que no contradice nunca al Gobierno

Fernando Simón EFE |Vídeo: Fernando Simón, al pedir ayer disculpas por sus comentarios sobre las enfermeras ATLAS
Josefina G. Stegmann

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Cuando Pedro Sánchez compareció el pasado 25 de octubre para anunciar que solicitaría en el Congreso un estado de alarma de seis meses volvió a recurrir a los «científicos». ¿Esos mismos científicos que formaban parte de un Comité que nunca existió? No se sabe, porque cuando este periódico le preguntó a Simón por estos científicos dijo que no « merecía la pena » dar la lista de expertos que aconsejaron el estado de alarma ya que era « muy larga ».

Existan o no, Simón prefirió justificar el estado de alarma desde otro punto de vista: el político. En aquella ocasión, también consultado por ABC sobre los motivos para extender las medidas excepcionales durante tanto tiempo, dijo: «Decretar un estado de alarma y tener que renovarlo permanentemente requiere una discusión política que puede minar la confianza en las actividades que se están haciendo». Pero no fue la primera vez que el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias habló como político . También hizo llamados claros a la inversión educativa como si sus ruedas de prensa fueran un mitin: « Si queremos distanciar a los niños necesitamos inversión ».

Y desde el Gobierno ya aluden a él como político. Lo hizo ayer la ministra de Defensa, Margarita Robles . Robles le afeó el comentario que el epidemiólogo hizo sobre las enfermeras la semana pasada en una charla en streaming con dos escaladores: «No les preguntaba a las enfermeras si eran infecciosas, eso se veía después», lanzó. Robles lo criticó y añadió que «cuando los responsables políticos no estamos a la altura no tenemos que tener reparos en pedir disculpas».

Seis presidentes

Simón no se parece en nada a sus homólogos de Alemania o Estados Unidos que, lejos de ser portavoces de los gobiernos de sus países, son médicos de sólida reputación y contradicen al Gobierno si hace falta, como el caso de la autoridad médica de EE.UU. para asuntos relacionados con el Covid, Anthony Fauci , que lleva más de tres décadas al frente del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.

La mejor prueba de que es una voz independiente es que ha permanecido en el cargo con seis presidentes (Ronald Reagan, George H.W. Bush, Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump), de ideologías muy diferentes. Esa independencia le ha enfrentado a Trump , al que no ha evitado contradecir en ocasiones. El presidente no se ha atrevido a despedirlo pese a la petición de sus votantes por el prestigio de Fauci, ganado por no ser solo la cadena de transmisión del político de turno, informa Javier Ansorena .

Habla en su nombre

El «Simón alemán», Christian Drosten , director del Instituto de Virología del prestigioso Hospital Charité de Berlín, también se diferencia de Simón. No es ni funcionario por oposición ni ha sido designado por el Gobierno, sino un profesional muy reconocido en su campo, que habla en su propio nombre y de solvencia probada antes de esta crisis sanitaria. No en vano, es uno de los tres científicos que descubrieron el virus del SARS en 2002 , el predecesor del nuevo coronavirus, además de figura central en la lucha contra otra epidemia, el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS). Nunca ha aconsejado estados de alarma ni confinamientos obligatorios generalizados, informa Rosalía Sánchez .

Pese a ser más político que epidemiólogo, Simón ha cometido fallos típicos de la falta de experiencia ante su abrupta exposición a las cámaras, como cuando, en tono jocoso, dijo que « cuando esto acabe no sabremos de qué hablar » o cuando hizo el ya mencionado comentario sobre las enfermeras. Las mismas asociaciones feministas que el pasado viernes no entraron a valorar para ABC el dardo de Irene Montero a Teresa Rodríguez sí quisieron hacerlo, en contraste, sobre la «broma» de Simón.

Desde la Fundación Mujeres, que encabeza Marisa Sotelo , analizaron la salida del tiesto del director del CCAES como una «torpeza». «Estamos con las enfermeras a muerte», resumen en esta fundación, que pidió ayer al doctor que se disculpe públicamente, algo que Simón hizo. Reconoció que «dio una respuesta de manera incorrecta». Del aluvión de protestas no se desmarcaron miembros del Gobierno. Además de Robles, lo criticaron Fernando Grande-Marlaska y la vicepresidenta y extitular de Igualdad, Carmen Calvo.

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