Casi 300 personas arropan a Garzón en el juicio por las fosas del franquismo

Pero no solo el “pueblo” apoyó al juez . Sus compañeros, sus amigos de la Audiencia Nacional también se presentaron para estar a su lado, como en otras ocasiones. En la puerta de la Sala, antes de que Garzón volviera a ocupar el banquillo de los acusados, aguardaban los magistrados Santiago Pedraz, Fernando Andreu, Ramón Saez Valcárcel, Clara Bayarri, José Ricardo de Prada y la fiscal Dolores Delgado.

Fuera, ya comenzada la primera sesión, arreciaba el coro de seguidores, formado por un curioso batiburrillo donde quizá el único elemento común era la lejana frontera de la edad (la mayoría del público superaba ampliamente los sesenta años) y los sentimientos a flor de piel. “España al revés, fascistas y corruptos hacen juzgar al juez”, repetían algunas gargantas señalando con la voz y con el dedo al sindicato Manos Limpias, autor de la querella contra Garzón.

La escenografía de caras en la explanada del Supremo era repetida: Gaspar Llamazares (IU), que ni se acercó ni cruzó palabra con Cayo Lara, más escondido entre la gente; el ex fiscal Anticorrupción y “garzonista” pertinaz Carlos Jiménez Villarejo, quien declaró que “el juicio en sí mismo es uno de los hechos más negativos de la historia de la democracia”; la actriz sempiterna en las concentraciones Pilar Bardem y el histórico Marcos Ana, que conoce mejor que nadie las cárceles españolas porque pasó más de media vida en ellas. Curiosidad de la mañana: se oyeron los mismos lemas que en la Puerta del Sol, el ya famoso “que no, que no nos representan” e incluso una de las pancartas rezaba: “Veteranos 15 M por la Memoria Histórica”. ¿Despiste generacional o causa común?.