Mas, la espada y la pared

ÁLVARO MARTÍNEZ

«Nos ofrecen lo de siempre, la película de los últimos treinta años, para ir tirando...». Para ir tirando, las palabras-excusa de Artur Mas tras su fracaso ante el no de Mariano Rajoy al pacto fiscal le van a dar más bien ... para poco en Cataluña. El lío en el que se metió al jalear la manifestación independentista le coloca ahora en ese lugar tan incomodo que separa la espada de la pared. O traga con la mejora de la financiación o se echa al monte, bien por la vía del adelanto electoral bien por una aparatosa iniciativa del Parlament que, con los votos de ERC y de ICV, convoque un referéndum por la autodeterminación. Susto o muerte, para él.

Porque el adelanto electoral, tercera opción, no garantiza otra cosa que el regreso a la casilla de salida. Supongamos que CiU vuelve a ser fuerza mayoritaria, que se forma un nuevo Parlament, que hay otra resolución que pide el referéndum soberanista y que se aprueba pese al voto en contra de socialistas, populares y otras fuerzas constitucionales... Al final, la resolución llegaría de nuevo al Congreso de los Diputados, que es donde se sustancian las cosas que afectan a todos los españoles. La democracia y esas cosas... Y allí quedaría enterrado, igual que el plan separatista de Juan José Ibarretxe para el País Vasco. Pero no sería la única sepultura, al lado estaría la de la carrera política de Mas.

Y esa sí que es la misma película que vimos hace unos años: un político en apuros que para ocultar un fracaso de su gobernación (el de la Generalitat de CiU es palmario) intenta salirse por al tangente, echándole la culpa a otro de su impotencia, sus urgencias y su mala cabeza... «para ir tirano».

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