Las elecciones del 12-J: lecturas en claves de liderazgo

El resultado del PP en el País Vasco pone en cuestión el proyecto del líder nacional. La candidatura de Carlos Iturgaiz y la alianza con Cs fueron decisiones propias de Pablo Casado que provocaron un cisma dentro del PP vasco y justificadas por Génova para frenar a Vox. No lo consigue y sufre una sangría de votos. En cambio, la estrategia de Feijóo, contraria a la de Casado, moderada y sin Cs, funciona. El liderazgo del PP, cada vez más dual.

Todas las encuestas anunciaban que Unidas Podemos perdería posiciones ayer en línea con la tendencia que viene registrando desde el año 2016. Pero la caída resulta ser más fuerte de lo que se había previsto: desaparición en el Parlamento de Galicia y desplome a casi la mitad en el País Vasco. Los electores de ambas comunidades abandonan la nueva política de izquierdas para abrazar opciones identitarias tan «viejas» como el BNG y Bildu.

Las elecciones de Galicia y País Vasco tampoco son buenas para Vox. El partido de Santiago Abascal vuelve a quedarse muy lejos del PP, sin representación en el Parlamento gallego y entrando con tan solo un escaño en el vasco. Sin embargo, su irrupción en esta última cámara tiene una fuerte carga simbólica ya que la estrategia del PP había estado dirigida a neutralizarle. Ese único diputado lanza un claro mensaje a Pablo Casado en clave nacional.

Junto a Alberto Núñez Feijóo e Íñigo Urkullu, las otras dos triunfadoras de la noche son la candidata de Bildu a lendakari, Maddalen Iriarte, y la del BNG a la presidencia de la Xunta, Ana Pontón. Ambas han logrado engullir a los votantes de Podemos descontentos, con sendos discursos que, siendo identitarios, han buscado la transversalidad y han puesto el acento tanto en la denuncia social como en la captación de los jóvenes.