El Príncipe, tras la operación del Rey: «El taller es muy bueno, así que estamos muy tranquilos»

Pero fue el Príncipe de Asturias, a la salida de la clínica, quien mejor describió el estado del Rey, utilizando la misma metáfora del «taller» a la que ha hecho referencia Don Juan Carlos en los últimos días: «Como él diría -afirmó en alusión a su padre-, el taller es muy bueno, los mecánicos también y el paciente es único. Así que estamos muy tranquilos».

La Reina y Don Felipe abandonaron el Hospital San José poco antes de las once y media de la noche, después de haber hablado con los médicos que habían intervenido al Rey, aunque no pudieron ver personalmente a Don Juan Carlos porque desde el quirófano fue trasladado a la Unidad de Observación. Doña Sofía y el Príncipe abandonaron el centro juntos y regresaron al Palacio de La Zarzuela en el mismo coche, que conducía Don Felipe.

Cuatro horas y media antes, pasadas las siete de la tarde, el Rey llegó al hospital vestido de sport -con camisa de cuadros, sin corbata y con una americana-, después de haber estado trabajando con normalidad en su despacho del Palacio de la Zarzuela, donde recibió alguna audiencia privada y, entre otras cosas, sancionó, como todos los viernes, los decretos aprobados en el Consejo de Ministros.

En el momento del ingreso, le acompañaba, entre otros, el jefe de su Casa, Rafael Spottorno, aunque hora y media después, cuando Don Juan Carlos estaba todavía en el quirófano, acudieron a la clínica primero la Reina y después el Príncipe, que llegó conduciendo su propio coche.

A su llegada al centro sanitario, el Rey bajó la ventanilla del vehículo para dirigir unas palabras a los periodistas que le aguardaban: «Hoy sí que paso por el taller» , afirmó el Monarca haciendo gala de su sentido del humor hasta en los momentos más tensos, como son los previos a una operación. Y exclamó un «¡qué cantidad!», en alusión a los numerosos medios de comunicación que le esperaban en la puerta del hospital.

Don Juan Carlos también utilizó la metáfora del taller el viernes de la semana pasada, cuando anunció su operación de cadera ante los mandatarios que asistieron a la Cumbre de Cádiz: «Como habréis podido ver, tengo algunas dificultades de mecánica que han vuelto a aparecer estos últimos días y que me van a obligar, siguiendo el consejo médico, a interrumpir mi agenda oficial para pasar por el taller. Es decir, para operarme de la cadera izquierda , que tengo bastante maltrecha».

El doctor Villamor ofrecerá hoy más detalles de la intervención quirúrgica y de la evolución que haya experimentado Don Juan Carlos durante la noche, que ha pasado en observación, aunque se espera que en la mañana de hoy sea trasladado a planta. El traumatólogo del Rey tiene previsto comparecer en rueda de prensa a las once de esta mañana.

La de anoche fue la quinta operación que se ha practicado al Rey en los dos últimos años y medio, tras las intervenciones de pulmón (mayo de 2010), la artroplastia de la rodilla derecha (junio de 2011), la reconstrucción del talón de Aquiles del pie izquierdo (septiembre de 2011) y la operación de la cadera derecha (abril de 2012). Sin embargo, ha sido la primera intervención anunciada con antelación y por el propio Monarca.

La operación de ayer también fue aparentemente más sencilla que la que le efectuaron el pasado abril en la cadera derecha, cuando se cayó en Botsuana y se hizo una triple fractura. En aquella operación, que duró dos horas y cuarto, los facultativos tuvieron que reparar esa fractura en el quirófano y, a la vez, implantar una prótesis para aliviar las molestias de la artrosis. Fueron «dos operaciones en una».

Cuando los médicos le operaron de la cadera derecha ya sabían que era la izquierda la que presentaba un mayor grado de artrosis, padecimiento que también sufría la madre del Rey, la Condesa de Barcelona, así como sus hermanas, las Infantas Doña Pilar y Doña Margarita. De hecho, las tres fueron operadas de la cadera. Fue entonces, en abril, cuando los médicos recomendaron al Monarca que fuera pensando en una nueva operación.

Sin embargo, ante el panorama económico y político, el Rey prefirió dejar la intervención para más adelante y reanudó su actividad a un ritmo inusitado, a pesar de la convalecencia. En apenas siete meses, realizó seis viajes internacionales a Brasil, Chile, Arabia Saudí, Rusia, Estados Unidos e India y asistió a más de cien actos oficiales públicos en España . Mientras tanto, el desgaste de la cadera avanzaba y Don Juan Carlos tuvo que hacer un gran esfuerzo para trasladarse el pasado fin de semana a Cádiz y presidir la Cumbre Iberoamericana, el último de los compromisos ineludibles que quería cumplir antes de la operación.

Aunque todo dependerá de cómo evolucione el paciente, los médicos creen que podrán darle el alta hospitalaria en cuatro días. Ello supondrá que Don Juan Carlos seguirá desde su habitación del hospital la actualidad de los próximos días. Entre otros acontecimientos de interés, el recuento de las elecciones autonómicas que se celebran mañana en Cataluña.