La crisis no resuelta

Quienes maniobran para ello pinchan en hueso. Desconocen la manera de actuar del presidente del Gobierno. Primero, porque resulta inverosímil que Soraya presentara el recurso y saliera a explicarlo en la rueda de prensa del jueves por la mañana sin consultarlo con su jefe y, segundo, porque cesarla implicaría que él se queda sin parapeto para protegerse de las críticas. Si decidió delegar en la vice la Presidencia de la Generalitat cuando aplicó el 155 fue para eso, para que se quemara ella, la Molt President que, efectivamente, ha salido abrasada de la crisis.

Si Puigdemont aparece por sorpresa paseando tranquilamente por las Ramblas, la pesadilla que le quita el sueño al Gobierno, ella tendrá que volver a soportar lo que se le venga encima. Pero eso no significa que Rajoy la vaya a cesar, ni siquiera que la vicepresidenta esté perdiendo poder. Su hasta ahora número dos, José Luis Ayllón , ha sido nombrado esta semana jefe de Gabinete del presidente, lo que de hecho significará que Sáenz de Santamaría tendrá más control sobre lo que se cuece en La Moncloa. Sus relaciones con el anterior, Jorge Moragas , eran de una fría cordialidad.

Tampoco es que se vayan a solucionar los problemas del Gobierno porque la vicepresidenta se marche. El Ejecutivo sigue dividido en dos grupos, aunque en esta Legislatura el enfrentamiento no sea tan virulento como en la anterior, cuando Margallo dirigía el G-6 para actuar contra la vicepresidenta y los llamados sorayos . La fractura quedó al descubierto recientemente, con motivo de la gran nevada que dejó tirados a miles de conductores en carreteras atascadas el día de Reyes.

Los partidarios de la vice criticaron al ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido , cercano a María Dolores de Cospedal , por estar mientras tanto presenciando un partido de fútbol. Desde el otro lado se recordó que el ministerio encargado de mantener las carreteras es el de Fomento, que dirige Iñigo de la Serna , más próximo a Sáenz de Santamaría . Un rifirrafe menor comparado con el malestar dentro del Gobierno porque el ministro de Justicia, Rafael Catalá , no fue avisado por la vicepresidenta de que iba a cursar la impugnación de Puigdemont.