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La Tercera

La conquista de la democracia en Cataluña

«La diferencia entre la Cataluña que construyeron aquellos valientes y la que están destruyendo estos mezquinos es nuestro argumento. No solo en defensa de España entera, sino también para salvar la inmensa dignidad de aquella Cataluña, cuya realidad y cuyo recuerdo quieren arrebatarnos»

Por Fernando García de Cortázar

Hace cuarenta años, todos los españoles votamos, por vez primera en casi medio siglo, a nuestros representantes en un parlamento democrático. Hace menos de diez, las instituciones autonómicas de Cataluña y una parte no desdeñable de sus habitantes se han lanzado a la impugnación de ... lo que entonces se creyó marco definitivo de convivencia. Aludir al necesario cumplimiento de la ley es indispensable. Pero provoca inquietud, porque proyecta sobre la opinión pública un mensaje en el que la mera obviedad de una afirmación gubernamental puede entenderse como referencia cansina a una autoridad y no como argumento en un debate vivo de la ciudadanía. Naturalmente, nadie desea ponerse en el lugar en el que se han colocado quienes ostentan su cargo gracias a la Constitución y al Estatuto: fuera de la ley, al margen de los preceptos de nuestra Carta Magna. Pero pasemos a dar también la cara en otro espacio donde este combate se está desarrollando. Si no acudimos a él, nunca se entenderá que nuestra ausencia procede de nuestra superioridad. Se asumirá, como ya está sucediendo, que se origina en nuestra frágil carencia de una idea de España. Que procede, incluso, de nuestra indecente voluntad de mantener a los españoles presos de una Transición realizada en condiciones de desigualdad y cuyos parámetros han sido superados por propuestas de mucha más calidad democrática.

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