Los candidatos del PP se unen contra la cesión de Sánchez al PNV

María Dolores de Cospedal hizo campaña ayer en Granada, donde asistió a la Junta Directiva Provincial del PP. Desde ahí, acusó a Sánchez de tener a España «puesta en saldo» y de estar «ya con ese pago oculto» por los apoyos que recibió para convertirse en presidente «con el acercamiento de los presos de ETA y cediendo la caja de la Seguridad Social».

Cospedal denunció que el líder socialista está comenzando a pagar «la primera mensualidad de la hipoteca para ser presidente del Gobierno» por el apoyo «que le hizo el PNV, Bildu y los independentistas» a la moción de censura contra Rajoy. En esa línea, calificó de «vergüenza» que Sánchez «esté con unos y con otros haciendo cosas que ponen en tela de juicio» por una parte la «memoria, la dignidad y la justicia para las víctimas del terrorismo», así como la condena a ETA y todo lo que ha supuesto la banda terrorista en España, y en segundo lugar «la defensa de nuestra unidad y nuestra integridad territorial». «Esa es la diferencia entre nuestro partido, nuestro presidente Mariano Rajoy, y los que son presidentes a costa de cualquier cosa», subrayó.

Desde Palma de Mallorca, Soraya Sáenz de Santamaría aseguró que «lo que se está empezando a ver en el Gobierno de Sánchez es preocupante». «Lo que me tiene absolutamente preocupada y puedo decir que hasta un tanto malhumorada es que el PNV le regaló el Gobierno a Sánchez y espero que Sánchez no esté dispuesto a regalarle España al PNV».

Santamaría se ha rodeado de varios exministros para mostrar así un equipo fuerte y experto en la campaña del PP, y contrarrestar de esta manera su ausencia de los órganos del partido. Ayer fue el exministro Alfonso Alonso, presidente del PP vasco, quien compareció en la sede nacional del partido para asegurar que los populares no dejarán que Sánchez « regale España a los nacionalistas ». Según Alonso, «Sánchez está dispuesto a asumir como propia la agenda de los nacionalistas vascos». A su juicio, es «el inicio de un precio que hay que pagar a cambio del sillón de La Moncloa».

Pablo Casado tuvo parada en Zaragoza y Logroño. El dirigente popular advirtió de que el PP no va a permitir que un Gobierno que es «rehén» de «los apoyos de batasunos, independentistas y podemistas ponga en jaque la unidad nacional». A su juicio, con Sánchez « vuelve lo peor de Zapatero , que intentaba dividir a la sociedad, levantar muros entre los españoles». Frente a ello, apostó por un proyecto «de unidad e integración, no solo dentro del partido, sino para todos los españoles», con un Partido Popular «fuerte».

El candidato José Ramón García Hernández, diputado por Ávila que también aspira a la presidencia nacional del partido, subrayó que el Gobierno de la Nación «no puede estar en manos de los verdugos», en referencia a los «batasunos», que apoyaron a Sánchez en la moción. A su juicio, el presidente tiene que dar «muchas explicaciones» a los españoles y decir «por qué tiene tanta prisa en pagar un precio político por los apoyos obtenidos» para acceder a La Moncloa: «Más explicaciones y menos gestos».