El boli verde no le dio suerte
El presidente pidió un bolígrafo verde porque le daba suerte. La necesitaba para enfrentarse a estos cien ciudadanos que lo recibieron con aplausos en el plató de los Estudios Buñuel
Con el tiempo justo para ir a maquillaje y dirigirse al plató, a las nueve y diez de la noche, llegaba el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a los Estudios Buñuel. El presidente llegó acompañado de un reducido grupo de asesores.
Al presidente ... le esperaban en el plató los cien ciudadanos que, desde las cinco de la tarde, aprendían las técnicas de la televisión y se familiarizaban con el ambiente. Por la mañana, en el hotel donde se encontraban concentrados, tuvieron la oportunidad de conocer a Lorenzo Milá, presentador del programa «Tengo una pregunta para usted».
El primer contacto
En este primer contacto, que se realizó en un espacio similar al que ocuparon en televisión, los ciudadanos prepararon sus intervenciones y estructuraron las preguntas por bloques. La intención era que las preguntas abarcaran todos los temas. De este primer contacto surgió el nombre del ciudadano que realizaría la primera pregunta, «el que mostrara mayor capacidad de comunicación».
Le tocó a Javier Elvira, un electricista de Pamplona con 49 años. Allí también se dieron las primeras instrucciones: ir al grano, que no se explayaran en la introducción de las preguntas. Y por si algo fallara, a esa hora, ya todos sabían que, si el micrófono individual no funcionaba, escondido en un punto de la bancada, había un micrófono de repuesto para evitar perder el tiempo. Quien olvidó hasta el suyo propio fue Teodoro, un jubilado que intentaba arrancar al presidente una declaración sobre el dinero que ha dado a los bancos. «Teodoro, el micro», le recriminaba Milá.
El presidente no tuvo muchos minutos para saludar a los ciudadanos, que lo recibieron con un aplauso, pero sí lo tuvo para preguntar si había alguien de León. Haciendo gala de su optimismo antropológico y su esperanza de que todo le iba a salir bien, pidió un bolígrafo verde. El presidente aseguró que ese color le daba suerte.
El currículo de Izaskun
Pero este amuleto no le acompañó en los primeros compases del programa. Cuando Javier le lanzó la primera pregunta, sobre el «drama humano» del paro, se puso serio, se alejó del bolígrafo verde y de la mesa que le daba protección y se lanzó al ruedo. La suerte le abandonó y habló de la «fuertísima» crisis. Como también lo dejó a su suerte cuando no supo responder a las acusaciones de «hipócrita» por vender armas y defender la paz. El boli verde no le dio suerte.
Su momento más humano llegó cuando atendió a Izaskun Buelta, una mujer de 32 años con síndrome de Down, que directamente le preguntó si él la contrataría. Zapatero la respondió que «sí, que sería un honor que trabajara en La Moncloa». La joven, lanzada, le entregó su currículo al final del programa. El presidente se lo guardó en un bolsillo.
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