40 días a la espera de la llamada de Rajoy a Sánchez

La realidad, tozuda, demostró una vez más que con Rajoy no valen las prisas ; que los tiempos del jefe del PP no tienen nada que ver con los de los periodistas. Es más, la llamada sigue sin hacerse, y hay quien apunta en el partido que en realidad «la expectativa de la llamada es mejor que la propia llamada» , de la que nadie espera ya nada.

Públicamente, el PP siguen mantiendo que habrá llamada. El vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo, ha insistido este martes en RNE en que el presidente del Gobierno en funciones llamará a Sánchez antes de que se inicie la ronda de consultas con el Rey , aunque no ha aclarado la fecha exacta.

Lo que iba a ser inminente a primeros de marzo se fue despejando a golpe de declaración. Primero, hasta el fin de semana; después, y ante la insistencia de los medios, a los siguientes días; y como la pregunta seguía ahí, Rajoy terminó mandando el balón a corner en una entrevista televisiva: optó por aplazarla hasta después de Semana Santa para «dejar enfriar las cosas».

Pero la Pascua acabó el 28 de marzo y la llamada siguió sin producirse. El argumento del PP se apoya en que es necesario que el receptor, el PSOE, haga algún «gesto» que les permita «intuir» que les atenderán. Rajoy no quiere quedarse colgado del teléfono con el «no» de Sánchez resonando aún en el aparato, como la impertinente señal de que la línea comunica.

Aún hay tiempo; esta semana puede ser vital para desatascar la situación política, en uno u otro sentido. «Aguantará hasta el final», insisten en el PP, convencidos de que , cuando Pedro Sánchez cierre definitivamente la puerta que le comunica con Podemos sólo le quedarán dos opciones: o el PP o las urnas. Entonces, Rajoy llamará. Y para entonces, como ya barruntan ahora, lo de menos será la respuesta que reciba.