Abascal arremete contra la Iglesia por defender a los musulmanes de Jumilla

Abascal se declaró «entristecido» y «perplejo» tras conocer el apoyo de la jerarquía eclesiástica a la comunidad musulmana de Jumilla, después de que su partido -con el respaldo del PP- propusiera vetar el uso de las instalaciones deportivas municipales para la celebración de festividades islámicas como la Fiesta del Cordero o el Ramadán. Ni el PP ni la Conferencia Episcopal quisieron pronunciarse sobre lo que es una nueva vuelca de tuerca del discurso radical del líder político.

El presidente de Vox elevó el tono y también reprochó al secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Francisco César García Magán, su «postura» ante la propuesta de su partido en Castilla y León para «escuchar el latido fetal». Recordó también el «silencio» de parte de la Iglesia ante las políticas del Gobierno relacionadas con el «derecho a la vida» o con cuestiones de «género».

Pero Abascal no se detuvo ahí. Llegó a insinuar que ese «silencio» pudiera estar relacionado con «los ingresos públicos que obtiene» o incluso con los casos de pederastia que, a su juicio, tienen «amordazada» a la Institución. Y añadió: «No sé por qué es. Asisto perplejo a estas posiciones. Pero, bueno, cada cual que aguante su vela. Soy católico, y él (por García Magán) se dedica a la política y ejerce su responsabilidad».

«En España -explicó en otro momento- cualquiera puede profesar su religión, siempre y cuando no sea la de imponer una ideología extremista que denigre a las mujeres y que es incompatible con la confesionalidad del Estado».

Tras estas declaraciones, el líder de Vox redirigió su discurso hacia la inmigración ilegal, el islamismo radical y los medios de comunicación, apelando a la recuperación de la «identidad» y la «libertad» de España. Con un tono enfático, proclamó: «España no es Al-Ándalus. España no es Marruecos. Ni va a serlo. No vamos a permitirlo».

En este contexto, reclamó «deportaciones de aquellos que, habiendo obtenido el estatus de legalidad en España, se dedican a delinquir, a robar, a ocupar, a violar o a imponer una ideología totalitaria como el islamismo». Insistió en que lo ocurrido en Jumilla «es muy poquita cosa al lado de lo que hay que hacer» y reiteró la propuesta de Vox de prohibir el uso del velo islámico en lugares públicos:

Noticia Relacionada

El PP y la jerarquía eclesiástica guardan silencio ante los ataques de Abascal a la Iglesia

Patricia Romero

El líder de Vox tildó de «cobardes» a los Feijóo por rebajar en público los efecto veto a ritos religiosos como la Fiesta del Cordero en espacios públicos que respaldaron en este consistorio de Murcia

«No queremos una ideología extremista disfrazada de religión que denigra a la mujer. Queremos que las calles de España sigan pareciendo calles de España, y no calles en las que las mujeres caminan por detrás de los hombres como una sombra, o donde los homosexuales pueden ser apaleados o colgados».

Con la misma vehemencia, arremetió contra quienes, según él, imponen su ideología en los barrios: «Que los metan en sus puñeteras casas. Que les metan en los cuartos de sus hijas. Que le digan eso a los españoles, ¿de quién se ríen? ¿De los españoles que han perdido la tranquilidad en sus barrios? ¿De la niña quemada en Canarias, de las mujeres violadas?». Y advirtió de que, en muchas zonas, «ya no solo se está perdiendo la seguridad, sino también la identidad».

Para Abascal, todo esto tiene un claro responsable: las «políticas desastrosas» en torno a la inmigración ilegal masiva. Sin embargo, también quiso mirar al pasado: «Solo tenemos que ver a otras generaciones de españoles que nos han precedido para motivarnos. Debemos darnos cuenta de que somos capaces de recuperar nuestra tierra, somos capaces de recuperar nuestra libertad y no estamos condenados a aceptar mansamente una invasión».

Santiago Abascal también retomó su habitual discurso contra los medios de comunicación, a los que acusó de realizar una «manipulación total» de las propuestas de Vox. Puso como ejemplo lo ocurrido en Torre Pacheco, donde -según él- se difundió que llamaban a una «cacería humana», algo que calificó de «falso». Asimismo, denunció «manipulación sobre los textos de Jumilla, diciendo que estábamos en contra de la libertad religiosa. No tenemos ningún problema con la libertad religiosa».

En referencia a informaciones publicadas en algunos medios, entre los que citó a ABC que supuestamente acusó a Vox de ser «cómplice del socialismo», las calificó de «basura» y «mentira». «Es verdad que (esa información) es eficaz con muy buena gente, pero confío en que, poco a poco, vaya teniendo menos eficacia», afirmó.

Noticia Relacionada

El Gobierno eleva el tono contra el episodio de Jumilla y lo tilda de «bochorno internacional»

David Yagüe

La ministra Elma Saiz pide al PP que recapacite y pida disculpas por el veto a los festejos islámicos porque todavía «está a tiempo»

También cargó contra los medios públicos, como Televisión Española, a la que acusó de no tener audiencia real: «No tendrían ni lectores, ni televidentes, ni nadie que haga un clic en internet para verlos, y sobreviven únicamente de las subvenciones públicas».

Ya en política internacional, calificó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de «cretino, mentiroso» por lo sucedido en la Cumbre de la Haya celebrada por la OTAN, en torno al aumento del PIB al 5 por ciento. Alertó además de que «hoy España está en la deriva china, en la alianza con Maduro y en el aplauso de Hamás y de los talibanes, literalmente».

Eso sí, destacó la relevancia de la llegada al poder de Javier Milei en Argentina y de Trump, a pesar de los aranceles que ha impuesto a Europa, situando a Vox en esa misma línea: «Estamos protagonizando junto a todos la tarea de devolver a nuestros pueblos las riendas del futuro». «¿Cómo no va a apoyar la gente a Vox? «Si somos los únicos que defendemos a la gente en sus problemas reales», concluyó.