Los otros pactos PP-PSOE

Fue una sobreactuación porque, de hecho, ambos partidos ya han pactado para hacer frente a situaciones extraordinarias. Lo hicieron en 2009 para investir lendakari al socialista Patxi López y desalojar así del poder al PNV después de 30 años ininterrumpidos.

Tanto José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno, como Mariano Rajoy, llegaron entonces a la conclusión de que había que romper la estrategia independentista del actecesor de López, Juan José Ibarretxe, que había vuelto a ganar las elecciones en minoría, y dar así normalidad a un gobierno constitucionalista en el País Vasco.

Pero no solo. PP y PSOE también se pusieron de acuerdo a finales de los años 90 para acabar con el entonces alcalde de Marbella y del Atlético de Madrid, Jesús Gil, que, al frente de la plataforma que había construido a su imagen y semejanza, el GIL, empezaba a hacerse con el control de otras localidades y amenazaba con asentarse en Melilla, donde sacó concejalías en las elecciones de 1999.

Esto último fue considerado por los dos grandes partidos como un asunto de Estado por el riesgo de desestabilización en una ciudad muy sensible, cuya soberanía reivindica Marruecos, y fue el principio del fin del GIL y de su fundador, que luego sufrió un calvario judicial.