Ocupar el Peñón de Gibraltar, el próximo asalto de Sánchez Gordillo

Decenas de personas aparecen con el puño en alto y enarbolando unas banderas andaluzas distintas, con la estrella roja comunista dibujada en la franja blanca. Todos ellos caminan hacia el Peñón que se divisa al otro lado de la playa. El azul del mar, y también el del cielo, desaparecen de la instantánea, siendo sustituidos por un firmamento nublado y ennegrecido, y un mar rojo, granate, que solo conserva de la realidad el blanco de la espuma. En la imagen, los trabajadores todavía no han pisado el mar. Están en la orilla, como si esperaran a que Sánchez Gordillo, Cañamero u otro dirigente del Sindicato levanten un callado para clavarlo en la arena y separar las aguas. ¿Cómo llegarán a Gibraltar?

Juan Manuel Sánchez Gordillo , alcalde de Marinaleda y dirigente del SAT, relata a ABC los detalles de la «misión», o por lo menos los que se pueden desvelar, porque tienen que «aprovechar el factor sorpresa para poder conseguirlo». El plan está en marcha, pero lo tiñe un velo de misterio: «Allí veremos lo que hacemos, pero lo haremos sin que se sepa».

Como todo plan, la ocupación gibraltareña tiene marcados unos objetivos. Sánchez Gordillo cuenta que el SAT confía en la participación de «1.000 o 2.000 personas», a pesar de que «es difícil movilizar a la gente en vacaciones». Preguntado por la dificultad que entraña llevar a más de un millar de sindicalistas hasta el Peñón sin ser vistos responde: «Llegaremos desde distintos puntos». El que fuera bautizado por el «Financial Times» como el «Robin Hood de los pobres» y asemejado a Gandhi por «The Guardian» no quiere revelar qué hará el SAT una vez consiga pisar la colonia británica: «Creo que allí incluso podría haber apoyo popular. Veremos lo que hacemos. Será una manifestación pacífica, pero muy reivindicativa. Buscaremos el entendimiento entre los pueblos. No puede haber violencia. Buscamos un mundo sin armas».

La decisión de invadir el Peñón el próximo 29 de agosto es el resultado de dos gotas, que según Sánchez Gordillo, han colmado el vaso: «Los paraísos fiscales» y «los pescadores andaluces que han perdido su trabajo».

Pero no se olvida del tema económico. El alcalde de Marinaleda, el pueblo donde se celebran los «Domingos rojos» (días en los que los habitantes trabajan sin recibir nada a cambio) y los vecinos barren la calles de la Avenida de la Libertad por voluntad propia, asegura que «los paraísos fiscales de Gibraltar son insostenibles». «El Peñón vive de esto. Allí hay más oficinas y dinero que habitantes».

El conflicto soberanista también aparece, ilustrado en ese «Peñón andaluz» escrito en el cartel. Sánchez Gordillo lo explica así: «Gibraltar está dentro de Andalucía. No es normal que siga habiendo colonialismo en el S. XXI. Ese territorio es andaluz». El 29 de agosto el resto de incógnitas que Sánchez Gordillo todavía no ha descubierto serán noticia. El SAT emprende así una nueva aventura estival, después del asalto a los supermercados de hace dos veranos y la ocupación de la finca andaluza de Las Turquillas .