La firmeza de España con Gibraltar provoca la ira del Parlamento británico

El informe, difundido ayer, hace especial hincapié en que, en los últimos tres años, como consecuencia de lo que considera una mayor presión por parte del Ejecutivo de Rajoy, los gibraltareños se han visto obligados a sufrir «mayores esperas en la frontera , incursiones marítimas y una retórica inflamada de los ministros españoles sobre su soberanía y los asuntos económicos». Por ello, considera llegado el momento de que el Gobierno británico «asuma una línea más dura» en las disputas con España por Gibraltar.

Las principales quejas del informe se centran, sobre todo, en los controles que realiza España en la Verja, que provocan con frecuencia colas de vehículos de varias horas de duración. Los parlamentarios consideran que tienen una motivación «política» por parte de España, cuyas autoridades justifican los controles en la persistencia de contrabando — fundamentalmente de tabaco — a través del paso fronterizo, que es entrada al Espacio Schengen de la Unión Europea, al que el Reino Unido no pertenece.

Además, el Comité expresa su malestar por las incursiones de embarcaciones de la Guardia Civil o de la Armada española en lo que consideran aguas territorial británicas en torno al Peñón y, que, según indican, han alcanzado las 600 desde el comienzo de 2013. España no acepta la soberanía del Reino Unido sobre esas aguas, ya que no fueron cedidas por el Tratado de Utrecht de 1713.

El presidente del Comité, el conservador, Richard Ottaway, calificó de «inaceptable» la actitud de España, repudiando que un aliado en la Unión Europea y en OTAN «esté deliberadamente golpeando la economía de un territorio británico de ultramar». El diputado no ahorró críticas al Gobierno de Cameron, de su propio partido, porque considera que tarda demasiado en emitir sus protestas y da la impresión de que no se toma en serio el asunto. Desde que el PP volvió a gobernar en España a finales de 2011, Londres ha convocado en cuatro ocasiones al embajador español, Federico Trillo, para protestar por cuestiones relacionadas con Gibraltar.

El Comité de Exteriores, además de pedir que se convoque con más frecuencia y rapidez al embajador español, aconseja al Ejecutivo británico -del que espera una respuesta- que estudie la adopción de medidas legales, como podría ser llevar el contencioso al Tribunal de Justicia de la Unión Europea si la situación de las colas en el paso fronterizo no mejora de aquí a fin de año. También recomienda buscar el apoyo de otros miembros de la Alianza Atlántica para que se anule la reserva impuesta por España en 1989 que impide que barcos de la OTAN puedan moverse directamente entre Gibraltar y territorio español.

Asimismo, propone que se condicione el apoyo británico a iniciativas españolas internacionales o a alguna de las aspiraciones de España, como, por ejemplo, la candidatura de Madrid a ocupar un puesto de miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU en el bienio 2015-2016. «España -enfatiza el informe- no puede ser capaz de proseguir con políticas agresivas hacia Gibraltar sin que esto tenga consecuencias en su relación con Londres». Si esta propuesta llegase a ponerse en marcha, Reino Unido pasaría a ser el principal opositor a una de las reivindicaciones en las que España lleva trabajando con más esfuerzo durante los últimos años.