Los «spagnuls» de Cataluña tenían el objetivo común de reconquistar España

Los condados principales fueron Barcelona, que acabó imponiéndose; Gerona, Besalu, Ampurias, Urgel. Con el tiempo, conformaron Cataluña. Nacen por la misma época y con complicaciones sucesorias similares que los condados de Castilla o Aragón, más tarde elevados a reinos. Por matrimonio, compartieron soberano con Aragón y Sicilia y, por conquista, con Valencia y Mallorca.

El concepto de Corona de Aragón es moderno y puede llevarnos a confusión ya que es un solo soberano el que tiene los territorios y los gobierna conforme a los fueros de cada uno. Tras la boda del Conde Ramón Berenguer IV con la reina Petronila de Aragón en 1137, se unen Cataluña y Aragón bajo una misma cabeza.

La boda de Ramón Berenguer IV y Petronila une a Cataluña y AragónLos libros de referencia, como «Los Condes de Barcelona Vindicados», de Próspero de Bofarull, «Gesta Comintum Barcinonensis», «Els primers comptes catalans», de Ramón de Abadal, o la famosa «Gesta Comitum Barcinonensis» dejan clara la vocación hispánica de los condes de Barcelona y sus gestas.

Los condados de la marca hispánica, cuyos habitantes eran conocidos como «spagnuls», tenían la misma meta y ambición que sus vecinos peninsulares: la reconquista de España y la restauración del reino como lo fue en época goda, roto por la invasión islámica. Hechos, matrimonios entre las dinastías peninsulares y numerosas citas así lo prueban, culminando con el matrimonio de los Reyes Católicos.

Barcelona fue liberada en el 801 por las tropas de Luis el Piadoso en nombre de su padre Carlomagno. Diez condes no hereditarios son nombrados hasta la llegada de la estirpe hispanogoda de Wifredo el Velloso. Se inicia la casa de Barcelona y fue nombrado Conde de Urgel y de Cerdaña en 834 por el emperador Luis el Piadoso y diez años más tarde también de Barcelona, Gerona y otros por el rey franco Carlos el Calvo. Por herencias, los distintos condados pasaron a descendientes de Wifredo y con el tiempo se fueron uniendo a la rama principal, hegemónica desde el principio.

La soberanía de los Condes de Barcelona de facto lo fue desde casi el principio por el debilitamiento e incumplimiento de los reyes, pero de iure no lo fue hasta Jaime I, Rey de Aragón y Conde de Barcelona, que firmó con el rey de Francia el Tratado de Corbeil en 1258. Es la época de la gran pujanza catalana cultural y comercial en el Mediterráneo. Con la Muerte de Martin I «El Humano» en 1410, se extingue la línea agnaticia de los Condes de Barcelona y Reyes de Aragón y pasa, por el Compromiso de Caspe en 1412, a Fernando de Antequera, hijo de Leonor de Aragón y nieto de Pedro III «El Ceremonioso».

Avatares y circunstancias hicieron que fueran varias las dinastías reconquistadoras las que se consolidaron en los distintos reinos y señoríos de España, pero se definían todas asimismas como españolas y todas mostraban la voluntad clara de reconquistar y restaurar el reino hispánico. Ello conllevaría a una España liberada del Islam, a la que habría que unificar como en el reino Godo y restaurar así la nación hispana, deseo inequívoco de todas ellas. Los gobernantes islámicos describen y llaman a todos los condes o reyes hispánicos «príncipes de la nación hispana». En sus innumerables documentos de la reconquista, Roma también arenga a los príncipes cristianos de la nación hispana, a la que diferencia de la Gala con extrema claridad.

El título de Conde de Barcelona pertenece por descendencia a S.M. el ReyUno de los ejemplos mas antiguos es la presencia del Conde Salomón, gobernante de Barcelona, impuesto por los reyes francos y anterior a Wifredo el Velloso. Se le describe como conde extranjero y es llamado conde de la nación Gala, mientras que con la designación del Conde Wifredo, de estirpe hispana, es aceptado por los poderes fácticos sin problema. Durante los primeros 200 años de la reconquista, los condes eran funcionarios del rey franco y no tenían asignado como predicado el lugar donde gobernaban. Tampoco eran hereditarios, y las dinastías locales hipanogodas son las que lo logran, como la de Wifredo.

Desde el año 385 el Arzobispo de Tarragona es Primado de Las Españas. Durante la reconquista se restauró la diócesis y el 1 de junio de 1091, el Papa Urbano II escribe la bula Inter primas hispaniarum urbes, donde reconfirma esta primacía de las Españas a Tarragona. Titulo confirmado en 1691 y que aún se usa.

El título de Conde de Barcelona pertenece por descendencia directa a SM el Rey don Juan Carlos.