Suspendido el viaje del Príncipe a Brasil por la avería del avión

«Es la primera vez que me pasa, y ya tengo unos añitos», dijo Don Felipe antes de lamentar la suspensión del viaje que, aunque iba a ser de corta duración, también lo ha calificado de muy interesante.

El Airbus de la Fuerza Aérea Española, que tiene 31 años de antigüedad, tenía previsto despegar de la base de Torrejón de Ardoz a la una y diez de la madrugada. De hecho, a esa hora ya se encontraban a bordo el Príncipe de Asturias y el resto de la delegación.

Sin embargo, una hora después, cuando la tripulación ya había anunciado las recomendaciones de seguridad, el avión permanecía en la base, sin empezar a rodar. Poco después de las dos de la madrugada, la tripulación pidió a Don Felipe y al resto de pasajeros que abandonaran el avión con el fin de poder revisar una pieza. En ese momento, todo parecía indicar que se trataba de una revisión rápida, puesto que se recomendó que los equipajes de mano se quedaran en la cabina.

Pasadas las cuatro y media de la mañana los mecánicos detectaron la pieza defectuosa del avión, que afectaba al funcionamiento del sistema flap (los alerones que se despliegan en el despegue y aterrizaje, así como durante el vuelo). En concreto, se trataba de un sensor que provocaba un cortocircuito en uno de los flaps del ala izquierda. En ese momento, los técnicos decidieron sustituir la pieza averiada por la del otro avión gemelo que tiene la Fuerza Aérea Española, que se encuentra aparcado en la base aérea de Getafe. Los mecánicos estimaron que la canibalización de la pieza, su traslado y su sustitución llevaría unas dos horas, pero el proceso se prolongó bastante más tiempo.

A muy bajas temperaturas, de alrededor de cero grados centígrados, y alumbrados por linternas, los mecánicos estuvieron durante toda la noche tratando de reparar la avería en el ala izquierda del avión, mientras la delegación aguardaba en tierra, en el pabellón de autoridades de la base aérea, a la espera de novedad.

Tras un vuelo con una duración estimada de 10 horas y 50 minutos, el Príncipe tenía previsto aterrizar en el aeropuerto internacional Guarulhos de Sao Paolo a las nueve de la mañana (las doce del mediodía en España) y a las dos y media de la tarde (17.30 en España) le iba a recibir el gobernador del Estado de Sao Paulo, Geraldo Alckmin. Posteriormente, a las 16.30 (hora local) estaba citado con el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y, más tarde, a las 19.30 horas, tenía programado asistir a un acto en el Centro de Cultura Judaica para promocionar el turismo en España entre la comunidad judía de Brasil.

El avión finalmente no ha partido de Madrid y la delegación ha pasado la noche en tierra , en el pabellón de autoridades, a la espera de recibir indicaciones. Entre los miembros de la delegación se encontraban los secretarios de Estado de Exteriores, Jesús Gracia, y de Comercio, Jaime García-Legaz.

El Príncipe de Asturias ha grabado en vídeo en el Palacio de la Zarzuela los discursos que iba a pronunciar durante su frustrada visita a Sao Paulo para que se puedan proyectar en los actos en los que iba a intervenir, según la Casa del Rey.

Este Airbus fue comprado junto con su gemelo en diciembre de 2000 con el fin de que sustituyeran a los dos viejos Boeing 707 destinados en ese momento al uso de autoridades y que acumulaban un largo historial de averías y fallos técnicos. Los nuevos aviones, que fueron comprados de segunda mano a Air France, costaron 172 millones de euros, que se pagaron en seis anualidades hasta 2005. Las dos aeronaves fueron acondicionadas en la fábrica de Airbus de Toulouse para su nuevo uso y se estrenaron en septiembre de 2003. Aunque su primer vuelo lo realizó en 1982, cuando se compraron y remotorizaron se estimó que su vida operativa sería de 25 años.