Los gastos de las subvenciones pasan factura a UGT
La juez Alaya investiga el desvío que hizo de los fondos públicos de la Junta de Andalucía
m. b.
El sindicato UGT se encuentra hoy por hoy en Andalucía atravesando su momento más crítico.Se diría que está entre la espada y la pared. La espada es sin duda la juez Mercedes Alaya que ha sido la encargada de asumir la investigación sobre el ... supuesto mal uso que hizo de las subvenciones otorgadas por la Junta de Andalucía. Y la pared es la investigación periodística que durante varios meses ha ido destapando un escándalo que se fue haciendo mayor a golpe de titular a medida que se iba conociendo en que empleaba esta formación el dinero público andaluz y que ha puesto en entredicho la forma de actuar de esta formación sindical.
Y es que, mientras no se conozcan cuáles son las diligencias que está practicando la minuciosa instructora después de que el sindicato Manos Limpias haya presentado ya hasta 16 denuncias sobre el tema y de que la trama permanezca bajo secreto del sumario, lo que se sabe de este feo asunto es lo que se ha publicado en los medios de comunicación.
Y desde las comilonas a las pancartas, pasando por sobresueldos, muchos y variados han sido los escándalos que se han ido conociendo sobre la forma en la que UGT empleaba finalmente el dinero de los parados en Andalucía.
Así uno de los primeros sobresaltos para esta formación sindical que en Andalucía sigue siendo potente por su cercanía al PSOE (el partido que gobierna la Junta de Andalucía) fue el de las comidas y cenas en las que se gastaron el dinero y de las que ABC informó en su día. Una parte de ese dinero público se lo gastaron en una cena de lujo para 180 delegados sindicales en Madrid (que salió a 60 euros por cabeza)o en una mariscada navideña celebrada en Sevilla en que veinte comensales se zamparon treinta raciones de langostinos o una cena en la Feria de Sevilla con barra libre con la excusa de una negociación colectiva.
Pero esos no fueron los únicos extraños gastos que la formación sindical cargó a costa de los fondos públicos. También usaron ese dinero para sus particulares movilizaciones. Así UGT imputó ayudas para formación de parados a la compra de pancartas, banderas y piruletas que portaron hasta el mismísimo Manuel Pastrana (cuando era secretario general en Andalucía) en la huelga general del 20 de septiembre de 2010.
Igualmente gastaron parte del dinero de la formación para desempleados en pagar 200 maletas y bolígrafos con estuche para un congreso que UGTcelebró en octubre de 2009. Y otra parte del pastel de las subvenciones (casi 78.000 euros) se los gastaron en una campaña propagandística en los medios de comunicación.
Igualmente se desviaron parte de los fondos de los parados con destino a pagar las nóminas de una trabajadora camuflándolo como el alquiler de aulas de formación.
Y también se pagaron con el dinero de la Junta de Andalucía varios sueldos y facturas de la Fundación para el Desarrollo de los Pueblos de Andalucía, vinculada al sindicato.
Pero también se supo que el sindicato llegó a crear un «bote» con el dinero que obtenía de las facturas infladas de los proveedores habituales que contrataba para trabajos financiados con fondos públicos. Ypara ello disponían hasta de un manual informático en el que detallaban los servicios y las facturas que habían sido engordadas y otro listado con los albaranes que correspondían a servicios reales. Con todo el escándalo de esta formación sindical no hace más que crecer día a día.
Los gastos de las subvenciones pasan factura a UGT
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete