ENTREVISTA A ARANTZA QUIROGA
«Me indigna que se cuestione el compromiso del PP vasco contra ETA»
Cuestiona la gestión del «Gobierno desnortado» del PNV y advierte de que Urkullu «lleva la independencia en su ADN»
itziar reyero
Arantza Quiroga (Irún, 1973) tomó en mayo las riendas del PP vasco con el reto de recuperar el protagonismo perdido en las urnas y cuando PNV y PSE vuelven a entenderse con «viejos pactos» del pasado. Un escenario en el que, asegura, el PP ... no puede quedarse en ser referencia de «firmeza frente a ETA» porque el terrorismo ya no preocupa a la sociedad vasca. Dice contar con el apoyo de Rajoy y pide a los suyos «perseverancia» y «paciencia».
-¿Cuándo piensa convocar el congreso regional? ¿Qué se lo impide?
-Convocarlo es mi deseo, está en la agenda. Todo depende de buscar el momento que lo permita.
-¿Se marca algún plazo?
-He aprendido a no hacerlo porque puedo meter la pata seguro. Me conformo con tenerlo ahí. Cuanto antes.
-¿Lo ve necesario para su autoridad tras el fugaz relevo de Basagoiti?
-No. Sinceramente, en este tiempo he sentido la autoridad, la responsabilidad que conlleva el cargo. No he percibido ningún tipo de cuestionamiento interno. No es tanto una necesidad de la estructura del partido como sí mía de considerar que la participación de los afiliados es necesaria.
-¿Tiene el PP vasco dos almas?
-No. El PP vasco tiene una trayectoria histórica trazada que va a seguir.
-Pero hay un sector que sostiene, en contra de la línea oficial, que ETA está hoy más fuerte en las instituciones.
-El PP vasco, que es lo que me toca liderar, tiene un camino trazado en una sociedad en la que ETA ya no mata. Que ETA no ha desaparecido es una evidencia. Igual que lo es que ha dejado de matar. La aplicación de la ley se mantiene. También es evidente que la sociedad vasca está en otro momento. Debemos ser exigentes con ese mundo, con la participación del PP. Lo que no puede ser es que si durante todo este tiempo que han matado no nos han echado de las instituciones, ahora que no matan, muchísimo menos.
-¿Mantienen una relación normalizada con Bildu en las instituciones?
-No. Podemos coincidir en una fotografía en la vida institucional. Si voy a la junta de portavoces del Parlamento y a mi lado está sentada Laura Mintegi (portavoz de EH Bildu), yo no lo puedo evitar. ¿Eso quiere decir que yo tengo una relación normalizada con Mintegi? No. Hay una relación de exigencia hacia Mintegi de una serie de cosas en las que el PP no va a cejar.
-¿Son injustas las críticas sobre el compromiso del PP vasco ante ETA?
-Absolutamente. Pero no con Arantza Quiroga, sino con todos y cada uno de sus concejales y cargos a los que se les cuestiona su compromiso con la libertad y la lucha contra el terrorismo en esta tierra. A mí me indigna.
-Un año después, ¿siguen defendiendo la libertad de Bolinaga?
-Esa fue una decisión judicial, que sigue siéndolo. No tenemos nada más que decir sobre eso.
-¿Le desea la muerte?
-No. Yo no deseo la muerte a nadie.
-¿Fue afortunada la frase de González Pons «El PP no es Bárcenas, es Miguel Ángel Blanco», en plena tormenta por el caso del ex tesorero?
-Quiere trasladar que el PP lo componen hombres y mujeres que están al servicio de una serie de principios democráticos y no por otros intereses.
-Estuvo el miércoles en La Moncloa. ¿Qué le pide Rajoy al PP vasco: mano tendida a Urkullu o distancia?
-Nos pide sobre todo que trabajemos siendo conscientes de que el PP vasco está ahora mismo en una encrucijada, en el sentido en que en un País Vasco sin ETA tenemos que ser capaces de buscar nuestra utilidad. Durante mucho tiempo los ciudadanos han apostado por el PP por su firmeza frente a ETA. Y en este cambio de escenario tenemos que buscar nuestra utilidad. Y es precisamente hacer ver que las ideas del PP son buenas en el País Vasco, desde la colaboración con el Gobierno de España. Y en eso hemos encontrado una receptividad y espaldarazo importante en el presidente del Gobierno. Pero la credibilidad va a venir ligada a ese trabajo y utilidad que los ciudadanos perciban. Esto no es un trabajo de la noche a la mañana. Requiere perseverancia y paciencia.
-¿Teme el PP quedarse en soledad a la vista de que los pactos en Euskadi se negocian entre PNV y PSE?
-El momento requiere grandes consensos que nos sitúen en la línea de salida de la crisis. Encontramos puntos de encuentro, pero por el otro lado no hay voluntad o no pueden porque probablemente el PSE ha puesto un veto al PP o una exclusividad (en su pacto con el PNV). Ahí el PNV demuestra que no tiene esa altura de miras y de jugar al cortoplacismo, buscando los votos en el parlamento vasco del PSE. Y los socialistas, el intercambio de sillones que ya lo iremos viendo.
-Es difícil digerir que el PSE vete ahora al PP del pacto con el PNV tras haberles apoyado para gobernar...
-Es parte de la situación de contradiciones constantes y permanentes en las que está el PSOE, aquí el PSE.
-Sin el protagonismo de la legislatura anterior ni la fuerza de votos anterior, ¿Cómo piensa «contar» el PP?
-Buscando nuestra utilidad. La política vasca está necesitada de ideas, que miren hacia adelante, que no sea la vieja idea de un acuerdo entre el PNV y el PSE, que nos retrotrae al pasado. Nada novedoso para una crisis que lo cambia todo. Lo demanda la sociedad, muy en particular el tejido empresarial. Ahí debe el PP dar la respuesta.
-¿Ve al lendakari Urkullu echándose al monte por la independencia?
-Cometerían un grave error, pero no dejan de ser nacionalistas. Aunque ahora tienen su cara amable y pragmática, el lendakari ya dijo que la independencia está en su ADN. Veo un Gobierno desnortado. Llevan casi un año al frente y no hemos visto ni una sola iniciativa en el Parlamento en materia económica. Todo son anuncios, ruedas de prensa... Se anuncian planes sin ejecución presupuestaria.
-¿Teme que esa incapacidad de gestión de la crisis le lleve a emular a Artur Mas en Cataluña?
-Yo no descarto ese escenario. Sorprende de un PNV que siempre ha llevado a gala esa capacidad de buena gestión y eficacia. Es el mismo PNV que trata de conseguir mayor margen de endeudamiento. Cuando aquí durante años han llevado a gala el déficit cero, sin endeudamiento, ahora se debe a situación financiera complicada, con menos recursos y a la falta de voluntad de querer acometer las reformas de la Administración.
-¿Habló con Rajoy del voto exiliado? Se dijo que era para las europeas de 2014. ¿El compromiso se mantiene?
-No hubo ocasión de tratar este tema porque son muchos temas. Pero nuestra intención es buscar la voluntad y ver de qué manera se puede articular.
-¿Es prioritario para el Gobierno?
-La prioridad ahora mismo es la salida de la crisis. Por tanto, prioridad relativa. Pero no he recibido ningún mensaje que me haga pensar que el proyecto esté aparcado.
-El entorno de ETA ha vuelto a secuestrar las fiestas este verano. ¿Ve permisividad del Gobierno del PNV?
-Sí. Y la evidencia es que el delegado del Gobierno se ha visto en la obligación de tener que actuar. Es una cuestión de voluntad. Cuando se quiere, se puede, no pasa nada y los ciudadanos lo agradecen. La exigencia a Bildu no debe ser solo en el Parlamento en el marco de una ponencia (de «paz»).
-¿Irá el PP a la otra ponencia, la de «autogobierno», en la que Urkullu quiere redebatir su plan soberanista?
-Por supuesto.
-¿Se puede llegar a algún acuerdo?
-Es que esto ya lo hemos vivido, con el Plan Ibarretxe, ya sabemos cómo acaba. No es novedoso. No tenemos ningún problema en analizar el estatuto, analizar todo, dar nuestra visión.
-¿Qué le parece que el PNV busque un desarme de ETA «a la vasca», ante las instituciones vascas?
-Un disparate y una falta de respeto.
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