La Entidad del Suelo ingresó 38 millones en 2009 y gastó 313

Hasta 2005 las cuentas fueron viento en popa, pero en 2006, según reflejan los balances de la empresa pública, los números comienzan a torcerse: las inversiones están subiendo y los ingresos, bajando. Así, un año más tarde, las inversiones están a punto de dar caza a los ingresos. En julio de 2007, Carme Chacón había sustituido como ministra de Vivienda a María Antonia Trujillo. En 2008, el año del estallido de la burbuja inmobiliaria, por primera vez, las compras de suelo (145,6 millones) superan a las ventas (121,8). Entre ese año y 2011 se produce el desastre de la Entidad Estatal del Suelo. Chacón se va a Defensa, Beatriz Corredor la sustituye en Vivienda y se producen las compras en masa de suelo militar por parte de Sepes: 280 millones de euros en antiguos cuarteles repartidos por varios puntos de España, el más importante Campamento, un millón de metros cuadrados en el sur de Madrid.

Las cifras de 2009 hablan por sí mismas: la empresa pública, que en sus 50 años de historia financiaba sus proyectos con recursos propios, ingresó 38 millones de euros, pero multiplicó por ocho las inversiones, hasta alcanzar los 313 millones de euros. El beneficio, que cuatro años antes era de 90 millones de euros, se quedó en sólo tres y la tesorería se hundió por completo. Los 183,7 millones de euros que la Entidad del Suelo tenía en caja se quedaron en sólo 18.

Las compras de suelo a Defensa obligaron a Sepes a solicitar créditos de 360 millones de euros. El proyecto de Campamento, sumando suelo, urbanización y costes financieros, se acercaba a los 600 millones de euros.

Las inversiones desequilibraron los balances de Sepes, que a cierre de 2011 quedó en situación crítica: pérdidas de 124 millones de euros. Las optimistas previsiones no se cumplieron en absoluto, por lo que el Gobierno de Mariano Rajoy anuló el pasado viernes el convenio de la operación Campamento y Sepes reintegra el 75 por ciento del suelo a Defensa. Así se evitó la quiebra de la entidad pública, que a partir de 2015 tenía que devolver 50 millones de euros anuales, 20 más de lo que ingresa.