La mujer de Diego Torres sí tenía un papel activo en la trama del Instituto Nóos

El letrado intenta utilizar en provecho de su cliente los mismos argumentos empleados por la Sección Segunda de la Audiencia de Palma para suspender la imputación de Doña Cristina. Sin embargo, las fuentes consultadas por ABC advierten de que ni de lejos es comparable la actuación de una con la de la otra en esta trama. Hay que recordar que el juez de Instrucción, José Castro, ya rechazó en su día levantar la imputación de Ana María Tejeiro -la Audiencia confirmó posteriormente esta decisión-, y que salvo sorpresa lo más probable es que se reafirme en su criterio.

Las diferencias entre el caso de esta mujer y la Infanta son evidentes, empezando por el hecho de que la primera trabajaba en las oficinas donde tenía su sede el Instituto Nóos y la segunda no apareció por allí, salvo en una ocasión y por un asunto personal. Los correos electrónicos incorporados a la causa y testimonios de los empleados reflejan la intervención de Ana María Tejeiro en las decisiones diarias de la entidad, hasta el punto de que hacía entrevistas de trabajo, contrataba a personas y las cambiaba de una empresa a otra de la «galaxia Nóos» a su antojo, quizá para obtener ventajas fiscal es y sin ni siquiera dar a los afectados una explicación.

Además, en el auto en el que impone una importante fianza civil a Torres y Urdangarín, el juez Castro afirma que la mujer del primero fue, entre otras personas, una «figura decisiva en la dispersión y el aprovechamiento del dinero» obtenido por los convenios firmados con las administraciones públicas. Y ello porque participó en la creación de un entramado financiero opaco creado supuestamente por los dos máximos responsables del Instituto Nóos para sacar dinero fuera de España.

Asimismo, hay un correo electrónico muy significativo, enviado por Mario Sorribas -hombre de confianza y testaferro del Duque de Palma- a Marco Tejeiro -hermano de Ana María y la persona que llevaba las cuentas de Nóos-, fechado el 21 de enero de 2009 y en el que entre otras cosas le dice: «Ana y Diego se han marchado de viaje hasta el lunes, pero me gustaría planteárselo la semana que viene, por aquello de que les puede resultar incómodo el que yo tenga firma en una de la sociedades», en referencia a De Goes Center for Stakeholder, una mercantil utilizada en el entremado societario antes aludido. Es más, en otro mensaje dirigido a ella por un bufete de asesoramiento fiscal se le comunica la forma de pagar determinadas facturas relacionadas con esa trama.

Al contrario que Ana María Tejeiro, no hay un solo dato que vincule a la Infanta Cristina con esta estructura societaria opaca creada. Pero la mujer de Diego Torres, además, hacía frecuentes ingresos en efectivo en una cuenta de Andorra. En ocasiones, hasta dos veces por semana.

En su declaración ante el juez Castro la mujer de Diego Torres no supo explicar por qué ella y su marido hacían esos ingresos en efectivo, teniéndose que desplazar desde Barcelona, donde reside el matrimonio, en lugar de hacer una transferencia, como hubiese sido lo lógico si el dinero fuera transparente desde un punto de vista fiscal. Además, los investigadores detectaron que la pareja tenía una cuenta corriente en un banco de Luxemburgo con más de 900.000 euros.

Hay que recordar que la Sección Segunda ha pedido al juez Castro que investigue si Doña Cristina pudo cometer un delito fiscal.