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cisma en el psoe

«Rubalcaba no quiere ser el secretario que rompa con el PSC»

Tiene descartada una fractura con los calatalanes y está convencido de que Chacón ha actuado «atrapadísima por su deseo de ser candidata» en unas primarias. Y de que se ha equivocado

«Rubalcaba no quiere ser el secretario que rompa con el PSC» ignacio gil

l. l. caro

Las voces más críticas del PSOE que están sugiriendo con mayor o menor crudeza una separación del PSC han chocado con los oídos sordos de Alfredo Pérez Rubalcaba. El líder de los socialistas «no quiere ser el secretario general que rompa» con el partido hermano catalán, confirma un miembro de su Ejecutiva, que añade la convicción de Ferraz de que la abstención de Carme Chacón en la votación que ha desatado el cisma responde a su «lógica de las primarias». «Está atrapadísima por su deseo de ser candidata», resumen sin ocultar cierta satisfacción por el atolladero político en que se ha metido la ex ministra.

El aliento en la nuca del PSC

Según los cálculos del PSC, el encuentro entre su primer secretario, Pere Navarro, y Rubalcaba se celebrará «en unas dos semanas», aunque la número dos del PSOE, Elena Valenciano, ya anunció ayer que se trabajará desde el lunes para «restablecer un nuevo marco de relaciones». La disposición de Ferraz a firmar ese «nuevo» protocolo con el PSC –que no a revisar el vigente- preocupa, en tanto abrirá a la puerta a las exigencias de los catalanes y a una segura pérdida de posiciones por parte del PSOE. «Rubalcaba no tenía que haberlo dicho tan claro, el PSC tiene que sentir en la nuca el aliento de que no vamos a aceptar cualquier cosa, de que no estamos desesperados», comentaba ayer un dirigente socialista, que se consolaba recordando que, mientras no haya un acuerdo «el actual, que ha funcionado treinta y tantos años, está vigente».

Pero el secretario general no contempla otra vía que no sea la recuperación de relaciones con el PSC. Se descartan por completo opciones como la planteada por el castellano-manchego Emiliano García-Page, que esta semana apostó por mantener los puentes, pero insinuó que si no se puede habrá que romper, e incluso lanzó la idea de una marca PSOE en Cataluña «con sus cuatro letras». También está fuera de toda posibilidad la visión del extremeño Guillermo Fernández Vara, que directamente habló en pasado de la entente con el PSC.

Desplazar a Chacón

En su determinación de arreglar las cosas con los socialistas catalanes, Rubalcaba tiene de su lado al presidente y líder de la mayor federación territorial, el andaluz José Antonio Griñán . Las razones por las que se quiere preservar la unión no son estrictamente electorales –al PSOE le reconforta que con sus siglas saca más votos en las generales que el PSC con las suyas en las autonómicas-, y además se cuenta con que la voluntad de Pere Navarro no es la fractura.

Rubalcaba ya ha empezado a consultar a barones y colaboradores de su máxima confianzacon vistas a configurar cuál puede ser la fórmula y hasta dónde ceder con el PSC porque, a pesar de que en un lado y en otro sabían que este distanciamiento iba a llegar, Ferraz no tuvo los reflejos de atajarlo. «La primera batalla del secretario general en medio de un problema de debilidad fue tener el control de la federación de Andalucía, o sea, ganarse a Griñán, y la segunda llevarse mejor con el PSC para desplazar a Chacón», excusan en su entorno para dar a entender que no ha habido tiempo de ocuparse de lo que ya se les ha venido encima.

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