«Es casi imposible saber si un documento se ha escrito en diez días o diez años»

Las dudas acerca de la autenticidad de los papeles de Luis Bárcenas y de la firma de Hugo Chávez en su toma de posesión como presidente, han llevado a la pericia caligráfica al foco de la atención pública en las últimas semanas. Una ciencia experimental de la que poco sabe el ciudadano de a pie, pero que ayuda a resolver juicios desde hace años.

Luis Saavedra lleva décadas ejerciendo como experto en esta disciplina. En su lugar de trabajo detecta detalles invisibles para el ojo inexperto. A través de pequeños indicios es capaz de determinar, entre otras muchas cosas, si una firma se ha estampado de un modo inusualmente lento, si dos documentos han sido escritos por la misma persona a la vista de la curvimétrica y la presión en los trazos, o si un falsificador ha añadido párrafos a un contrato después de firmarse.

Pese a todo, la pericia caligráfica no es alquimia, tiene sus limitaciones. «Pueden hacerse estudios sobre la oxidación de las tintas o sobre su composición para saber de qué año data la mezcla comercial. Pero, como decía uno de los mayores expertos en este campo, determinar con exactitud si un documento se ha redactado en 10 días, 10 meses o 10 años de diferencia es casi imposible», advierte Saavedra.

Las cámaras de ABC visitaron el lugar de trabajo de Luis Saavedra para conocer de primera mano los métodos y los casos más comunes a los que se enfrenta cada día un perito caligráfo.