Urkullu pedirá hoy a Rajoy relajar los objetivos de déficit de las Comunidades

La reunión se produce en pleno desafío separatista por parte de la Generalitat de Cataluña y cuando no pocas voces destacan la actitud más pragmática del PNV que, en plena crisis, antepone medidas económicas y relega tradicionales reivindicaciones soberanistas. El orden del día de la reunión es muy amplio y abarcará desde un análisis de la evolución presente y futura de la economía, las políticas de la Unión Europea, hasta la gestión del final de ETA, pasando por el modelo de Estado. Horas antes del encuentro, Urkullu adelantó que ofrecerá «diálogo» a Rajoy para intentar aproximar posiciones y buscar acuerdos sobre todas las materias, y ha subrayó, por ejemplo, la necesidad de pactar una nueva Ley de Concierto Económico y una nueva Ley de Cupo. «Quiero debatir sobre la flexibilidad del límite de déficit para las comunidades autónomas», dijo.

El autogobierno será también una asunto estrella que Urkullu pondrá sobre la mesa, ya que, según dijo ayer, hay que hablar de las competencias pendientes de ser transferidas al País Vasco, como la gestión de las prisiones y la necesidad de replantear el modelo de Estado. Respecto a Instituciones Penitenciarias, el Gobierno no está por la labor ya que considera que, al menos mientras exista ETA, es una materia que se incluye en la lucha antiterrorista y que afecta a la seguridad del Estado. «Haré una reflexión sobre el modelo de Estado articulado por PP y PSOE a calzón quitado como coloquialmente se dice».

Finalmente, el fin de ETA y la consolidación de la paz son otros de los asuntos que el ledakari lleva en su agenda. El objetivo, ha señalado, será «hacer ver al Gobierno español la oportunidad histórica que tiene para mirar al futuro en otras coordenadas distintas y con otra mirada que la que hemos venido utilizando», concluyó en referencia a la reunión de hoy. La entrevista, con todo, se produce en plena polémica por la designación del exbatasuno Jonan Fernández, como asesor del lendakari para «la paz y la reconciliación». Un nombramiento que ha provocado las críticas, no solo de las víctimas del terrorismo, sino también del PP vasco y de UPyD.