Luis Ojea - La Semana
Una encrucijada crítica
La izquierda cuando gobierna no genera riqueza. Ni siquiera lo pretende. Lo que promete es redistribuir. Lo que no explica es que cada vez que se han aplicado este tipo de recetas trasnochadas el resultado es más paro y más pobreza. Siempre. Y ese será ... también el escenario al que conducirá a este país la irresponsable decisión de Pedro Sánchez de subir los impuestos . Le llaman «justicia social». Otro eufemismo. No, llamémosle por su nombre. Nos enfrentamos a un nuevo hachazo fiscal. Y este no va a ser menor. El agujero provocado en todas las administraciones por la crisis de la Covid-19 tiene una magnitud considerable. Y los socialistas de todos los partidos —en terminología de Hayek— van a tener la tentación de cuadrar las cuentas expropiándole al ciudadano un porcentaje mayor de su dinero.
Menor poder adquisitivo, menor consumo y por consiguiente más paro. La secuencia ya la hemos sufrido y sabemos cómo acaba esta película. Pero no nos engañemos con el principio. La Covid-19 solo es la excusa y el pretexto. Excusa porque el desajuste contable venía de antes y en estos dos años de Sánchez en la Moncloa ha ido a más. Y pretexto porque una parte de la izquierda ha confesado abiertamente que quiere usar la crisis del coronavirus para avanzar en su agenda política.
Eso es lo que nos jugamos en las elecciones gallegas de la próxima semana. Que la agresión a los bolsillos de la clase media sea perpetrada «solo» desde Madrid o que sea un ataque combinado desde la Moncloa y San Caetano.
Y es una encrucijada crítica. Esta recesión va a ser larga y profunda . Más larga y profunda cuanto más se yerre en el enfoque de su gestión. Hibernar los problemas no es una solución. Solo facilita su putrefacción. Los datos del paro de esta semana demuestran que el gobierno ha escogido la senda equivocada.
La insensata política económica -radical y sectaria- que la izquierda impuso antes de la Covid-19 ha abocado al cierre de industrias estratégicas de este país. La irresponsable gestión de la crisis del coronavirus amenaza ahora la supervivencia de no pocas pequeñas y medianas empresas. Y la frívola decisión de subir impuestos va a suponer la sentencia de muerte para muchos otros sectores productivos.
El 12J los gallegos decidirán con su voto si desde Santiago se acentúa o atenúa ese tipo de políticas . Una encrucijada crítica.
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