Los mercados dan un respiro a España en pleno vendaval de deuda

Los analistas avisan de que el nivel actual del riesgo país penalizará a Bankia y Banca Cívica en la salida a Bolsa

MONCHO VELOSO

Turbulencias, haberlas haylas. Grecia contagia de nuevo a la periferia europea: Italia, Portugal, Irlanda y España. «Pero yo creo que los mercados distinguen perfectamente», dijo ayer la vicepresidenta económica, Elena Salgado. Unas veces sí, otras no. La pasada semana, con Atenas al borde del abismo, ... los mercados aplicaron un duro castigo a España: la prima de riesgo superó los 280 puntos básicos, rozando su máximo histórico, de 300 puntos. Ayer, en iguales condiciones —esto es, ante una nueva demostración de falta de acuerdo político en Bruselas sobre cómo rescatar por segunda vez a la economía helena—, los inversores dieron un respiro a la deuda soberana española.

Las discrepancias entre los ministros de Economía de la eurozona sobre los plazos para desbloquear los 12.000 millones de euros del quinto y último tramo de la primera ayuda financiera (110.000 millones) a Atenas hicieron que el riesgo país de Grecia, Irlanda, Portugal e Italia se disparase. En cambio, el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán, referente de solvencia, logró cerrar la sesión en 262 puntos básicos, diez por debajo de los que marcó al inicio de la jornada. La rentabilidad de los títulos se situaba así en el 5,58%, tras superar la pasada semana el 5,7%.

A la espera de Bruselas

«En efecto, el castigo ha sido mucho menor que en días anteriores», señala Sara Baliña, de Analistas Financieros Internacionales (Afi). Los economistas creen que a pesar de las azotes más o menos espontáneos, España continúa distanciándose del foco de tensión periférico. Que siga esa senda dependerá, sobre todo, de ese problema externo llamado Grecia y cuya solución se antoja enquistada. Juan Ignacio Victoriano, de Renta 4, advierte de que la actual situación de «tensa espera», informa Efe, se mantendrá hasta que Bruselas desbloquee esos fondos que necesita el país heleno. «A los mercados no les gusta esta incertidumbre, este ir y venir», dice Baliña.

Pero los inversores —la banca, los fondos de inversión y las compañías de seguros, entre otros— medirán también el compromiso del Gobierno con las medidas iniciadas. «Saben que estamos haciendo las reformas que necesitamos y llevando a cabo la consolidación fiscal», defendió ayer Elena Salgado ayer desde Luxemburgo.

Las autonomías, bajo lupa

El Ejecutivo se fijó recortar el déficit público hasta el 6% este año y reducirlo al 4,4% en 2012, de forma que en 2013 se pueda ajustar al 3% del PIB que exige el Pacto de Estabilidad y Crecimiento comunitario. Coinciden los analistas en señalar que la administración central va por buen camino. Las dudas recaen sobre los entes territoriales, especialmente las comunidades autónomas. El gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, alertó de desviaciones en el ajuste fiscal autonómico y exigió la pasada semana mayor control —y hasta sanciones— sobre ellas. Ayer, el Círculo de Empresarios urgió a auditar las cuentas regionales para despejar cualquier duda y evitar el contagio griego.

Como fuere, los analistas consultados apuntan a que la prima de riesgo del país no llegará a superar los 300 puntos básicos, pero avisan de que los niveles actuales siguen siendo elevados para una economía como la española.

Tanto que ya está afectando a las empresas en el parqué bursatil. Telefónica suspendió hace dos semanas la salida a Bolsa de Atento. Unos días antes Banco Santader cerró sin éxito una emisión de 1.000 millones de euros en cédulas territoriales a cinco años. Los mercados miran ahora a Bankia y Banca Cívica, cuyos planes iniciales son debutar en el mercado a mediados de julio. Las tensiones actuales podrían obligarles a replantear sus calendarios y dejar su conversión en bancos para después del verano. «El clima no es el más propicio y no les ayuda», dice Baliña.

España prueba otra vez en la jornada de hoy la confianza que genera en los mercados. El Tesoro tratará de colocar 3.250 millones en letras a tres y seis meses; cinco días atrás, la crisis griega ya lastró una subasta de obligaciones, que se cerró con escasa colocación y pagando una rentabilidad mayor a los inversores.

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