Josep Oliú, presidente del Sabadell: «No contemplamos una Cataluña independiente»

«No creo que los mercados anticipen nada dramático sobre este tema», ha dicho OliúOliú ha explicado que la cuestión catalana no surgió en su encuentro este martes en la capital británica con inversores y fondos de la City. «No creo que los mercados anticipen algo diferente a una salida negociada a este tema, la actual confianza de los mercados en España indica que no anticipan nada dramático en este sentido», ha dicho. El influyente banquero ha descartado también el riesgo de que el clima de tensión política en Cataluña pueda afectar a la estrategia de expansión del Sabadell en el resto de España.

«La compañía está por encima de la situación política y lo que quiere es dar servicio a sus clientes en Cataluña, en España y también en Florida». El objetivo que se ha marcado el Sabadell es obtener en 2016 un beneficio neto de 1.000 millones, cuatro veces más que en 2013. Y su estrategia de crecimiento tiene uno de sus ejes principales de crecimiento en Madrid, donde el banco catalán creará una quincena de nuevas sucursales este año.

En el caso de Florida, desde la adquisición del Transatlantic Bank de Miami en 2007, del negocio allí de BBVA en 2008, del Mellon United Bank de Miami en 2009 y del Lydian Private Bank de Miami en 2011, tras la filial del Sabadell en esa zona de EE.UU. gestiona ya 8.000 millones en activos, el 5% del negocio del banco. Como ha recordado Oliú, «si hace seis años el 90% del negocio del Sabadell estaba en Cataluña y solo el 10% en España», en este momento la situación se ha invertido, y los accionistas catalanes ya representan solo el 30% de la propiedad de la entidad, ha explicado.

Oliú, que ha destacado la confianza de los inversores en las perspectivas de la economía española, ha insistido en remitir la solución del actual contencioso político «a los cauces de la normalidad democrática». «Si hay diferencias, que se resuelvan por esos cauces, y si hay que cambiar alguna norma fundamental, que se haga a través de esa normalidad democrática». El presidente del Sabadell ha afirmado que, como persona, «no tengo ninguna opción preferida», y ha calificado al banco como «aconfesional» ante el debate.

En cualquier caso, no ha descartado la posibilidad de una consulta, tal y como exige la Generalitat de Cataluña, pero siempre que discurra de forma pactada y legal, no unilateral. «Si se autoriza un referéndum, estupendo, si no habrá que buscar otra vía, pero tanto si se trata de un referéndum como de un cambio en la Constitución, que se haga por el cauce legal; hay vías políticas para cambiar los marcos legales», ha insistido. Y ha limitado el foco de inestabilidad al ámbito político.

Ha sido ecuménico al repartir los motivos para el agravio: «Puede que haya habido quejas sobre pactos o presupuestos que no se han cumplido desde Madrid pero, al mismo tiempo, dado el estado de las cuentas públicas desde 2010 y el escenario de miseria presupuestaria, es posible que el Gobierno no pudiera cumplirlas aunque quisiera».

«El tema económico no es lo que más me preocupa, me preocupan las cuestiones que separan; las cuestiones económicas se resuelven encima de la mesa», ha añadido con pragmatismo. El Sabadell prevé un crecimiento del 1,5% en 2015 y del 1,9% en 2016, cifras que dibujan un escenario que ha calificado prudentemente como «benigno», que permitirá «crear empleo, sí, pero no resolver el problema estructural del desempleo en estos tres años».

Las perspectivas presentadas por el Sabadell en Londres han sido recibidas con un alza en la cotización bursátil de la compañía este miércoles. Una valoración favorable que se corresponde con las perspectivas generales sobre la economía española en los mercados. «La percepción entre los analistas sobre España es positiva porque España ha realizado ajustes de manera significativa, lo que nos aleja del perímetro de países en riesgo», ha valorado Oliú. En su opinión, «era el momento» para las recientes adquisiciones en compañías españolas de magnates como Bill Gates o Warren Buffet, porque «la oportunidad para los inversores internacionales ahora es Europa, y España, por la baja cotización relativa con respecto a las expectativas de crecimiento futuro».