TENIS

Djokovic, de paseo a la final: fulmina a Shelton en tres sets

US OPEN

El serbio canalizó la fuerza del estadounidense a su favor para imponerse con comodidad en tres sets (6-3, 6-2, 7-6)

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Novak Djokovic celebra su pase a la final del Abierto de EE.UU. AFP

Javier Ansorena

Corresponsal en EE.UU.

No hay noticia de que Novak Djokovic sepa nada de judo, pero este viernes en las semifinales del Abierto de EE.UU. empleó una enseñanza básica de este arte marcial para imponerse a Ben Shelton: utilizar la fuerza del rival para derribarlo.

Shelton, de 20 años, ha sido la sensación del torneo. Juega un tenis agresivo, a tumba abierta, con una zurda que lanza cañones liftados. Tiene un saque descomunal, con el que ha logrado los servicios más rápidos de esta edición, con pelotas que volaban a 240 kilómetros con hora.

Djokovic, curtido en casi dos décadas de competición al máximo nivel y gran analista de sus rivales, canalizó la fuerza de Shelton a su favor para imponerse con comodidad en tres sets (6-3, 6-2, 7-6).

El serbio, que recuperará el número uno del mundo cuando se renueve el ranking de la ATP tras este torneo, tiene el mejor tenis defensivo del circuito. Devuelve todo, desde un derechazo que parece incontrolable a una dejada precisa.

Shelton salió a jugársela con esa agresividad. Segundos saques arriesgados, derechazos volcánicos, abundantes intentos de dejadas… Conseguía algunos puntos, pero no era un plan sostenible. El serbio le movía con calma y la joven promesa, que partía sin ser cabeza de serie, acababa lanzando ataques que moría en la red o más allá de la línea. Solo en el primer set, Shelton cometió 15 errores no forzados, casi más que Djokovic en todo el partido.

Algunas proezas de Shelton -un segundo saque a 230 kilómetros por hora- apenas hicieron mella en Djokovic, que le bastó con jugar a medio gas y dejar que el joven estadounidense se ahogara en su propia efusividad.

El serbio cumplía su partido número 100 en Nueva York, el que le abría la puerta a su décima final aquí. Partía como favorito y ha validado esa condición durante todo el torneo. Su único momento de sufrimiento -de mucho sufrimiento- fue en tercera ronda, cuando tuvo que levantar los dos sets en contra que le endosó un compatriota, Laslo Djere.

Más allá de ese traspiés, no ha perdido ningún set en el cemento azul de Flushing Meadows. Y, pese a que no ha mostrado un tenis brillante -quizá no lo ha necesitado-, al menos ha demostrado estar en plenitud física, a pesar de ser el semifinalista más veterano en el Abierto de EE.UU. desde que Jimmy Connors llegó a esa ronda en 1991.

Frente a Shelton dio muestras de esa forma física y mental. Llegaba a sus dejadas con solvencia, por ligereza en las piernas, pero también porque lee el golpe del rival incluso antes de que este lo ejecute.

Shelton era un aspirante a final improbable. Es solo su quinta aparición en los Grand Slam, donde ya tuvo una irrupción sorprendente en Australia a comienzos de año, cuando se metió en cuartos de final. En una edición de gran desempeño de los tenistas estadounidenses -junto a él, Taylor Fritz y Francis Tiafoe llegaron a cuartos-, él era el tenis local que menos contaba para llegar a esta ronda. Entusiasmó a la parroquia con su descaro y espectacularidad, que solo funcionaron en el tercer set. Ni siquiera eso fue suficiente para tumbar a Djokovic, que solo permitió que Shelton alargara su agonía. Shelton forzó la muerte súbita, pero ahí Djokovic tiene mucha ventaja: había ganado 24 de 29 disputadas esta temporada, por 12 de 23 de Shelton. Pese a caer en algunos errores no forzados, también se llevó esta. Y le mandó un recado a su rival, que tuvo el apoyo claro de la afición local: hizo el gesto de colgar el teléfono, el mismo que hizo Shelton cuando se clasificó para la semifinal, tras un gran partido frente a Tiafoe.

Con la de este domingo, Djokovic engorda su récord de finales de Grand Slam, serán 36. Y busca su 'grande' número 24, lo que le alejaría un poco más de Rafael Nadal, a quien no se espera en las pistas hasta el año que viene, y que acumula 22.

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