Alcaraz, un rayo que ya está en cuartos

El murciano había mostrado luces y sombras en la ronda anterior, frente a un rival menos modesto, el británico Dan Evans, que le robó un set y le incomodó. Hay un virus que ronda por el torneo, con jugadores -y prensa venida de todo el mundo- sufriendo el catarro. Alcaraz -que ha tenido problemas musculares en anteriores 'grandes', con partidos eternos a cinco sets- compareció con vendajes en ambos muslos, algo que también utilizó en Wimbledon este año. Arthur Ashe, la pista central de Nueva York, cerró su techo por la amenaza de lluvia, lo que dispara el ruido y cambia ligeramente las condiciones de la cancha.

No hubo tormenta, pero sí un rayo sobre la pista. El de la derecha de Alcaraz, que provocaba exclamaciones entre el respetable. Por mucho que lo hayas visto, el derechazo del murciano en directo para los corazones. En una ocasión, encadenó tres seguidos, acompañados por gritos de furia, que levantaron al público de las butacas.

El lunes era festivo nacional en EE.UU., Labor Day, el día dedicado a los trabajadores. El olor tostado de las barbacoas de las explanadas de Flushing Meadows, adyacentes a las canchas del Abierto de EE.UU., se sentía en la llegada al estadio. Como las hamburguesas, plato nacional aquí, Alcaraz buscó cocinar a Arnaldi rápido y a fuego fuerte.

Lo logró en tres sets, pese al gran esfuerzo de Arnaldi en la última manga, que dio un gran nivel y soñó, sin conseguirlo, con alargar el partido (6-3, 6-3, 6-4) Lo hizo a su manera, con espectáculo, intercambios maravillosos y una gran sonrisa.

Este miércoles, en cuartos de final, empieza lo duro de verdad. Su rival será el ganador del cruce Jannik Winner-Alexander Zverev.