Sharapova: «Nunca he querido echar las culpas a los demás»

«No tenía un médico que me indicara mis obligaciones antidopaje. Debería haberlo tenido, pero no fue así. Si pudiera volver atrás, eso lo cambiaría. He jugado con tanta intensidad y tanta pasión que al principio no era capaz de comprender cómo alguien podía creer que yo tomaría el camino fácil», indica Sharapova, que trató de afrontar este mal momento de su vida con la misma entereza que los partidos en cualquier torneo. Recurrió el caso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y este le dio la razón, en parte: las notificaciones en las que se indicaba que el Meldonium estaba prohibido no habían sido suficientes y no hubo mala fe en sus actos.

«No me siento culpable, por eso tampoco se me ocurrió despedir a mi mánager. Es tan responsabilidad mía como suya. Yo no revisé la lista. Así que si lo despidiese a él, tendría que despedirme a mí misma. Nunca he querido echar las culpas a los demás , eso hubiera sido lo fácil», explica. No ha dejado de entrenarse en todo este tiempo porque quería volver a las pistas, aunque sí ha tenido tiempo de dedicarse a otros asuntos, como sus negocios o sus estudios. «Es muy cabezona. Cuando se le mete algo entre ceja y ceja no hay quien la pare. Hay muy pocas personas capaces de volver a las pistas después de lo que ella ha sufrido», indicaba su entrenador, Sven Groenveld.

Una de las situaciones que ha sufrido es la duda y las críticas de sus compañeros de profesión. Andy Murray afirmó tajante que Sharapova no se merecía que ningún torneo le ofreciera alguna invitación para formar parte del cuadro: «Creo que estas personas realmente deberían ganarse su vuelta». «Tengo mucho respeto por otros tenistas porque entiendo su vida, sé el sacrificio que hacen, pero no quiero ser su amiga. No tengo interés», ataja la rusa. Sin embargo, sí apreció un detalle de Rafa Nadal : «Me mandó un mensaje muy amable cuando todo ocurrió y me mostró su apoyo. Tengo un enorme respeto hacia él».