Nadal recupera la épica

Nadie dudaba de que el partido iba a ser complicado. Aunque el alemán luciera unos 18 años sin demasiada experiencia en el circuito. Zverev mide 1'98 , y tiene el descaro de quien nada tiene que perder. Desde esa altura de miras, su servicio es demoledor y sus ganas, incontenibles. Al otro lado, la versión 2016 de Nadal, todavía dubitativo y con derrotas ante tenistas por debajo de su ranking que todavía duelen.

El español tuvo que remar a contracorriente desde el primer set, a pesar de un servicio directo con el que empezó el encuentro. Se vio engullido por los potentes disparos del alemán y se encontró ante su primer encontronazo al ceder su servicio y verse 3-5 en el marcador . La lógica del ranking y de la veteranía propulsó a Nadal hasta asegurar el tie break, pero la juventud y la falta de «respeto» ante los grandes de Zverev se impuso por 8-6.

Después de sucumbir ante Dominic Thiem y Pablo Cuevas en las semifinales de Buenos Aires y Río de Janeiro, un set en contra hacía saltar las alarmas. Pero Nadal las apagó como un vendaval: 6-0 en 27 minutos. Cambiaba la cara el partido y se inclinaba hacia el maestro. El pupilo, sin embargo, demostró lo que ya había presagiado Nadal en la previa: «Será un gran número uno». Lejos de bajar la cabeza, alzó los brazos para volver a arrinconar al español. un 2-5 volvía a poner en entredicho la recuperación del balear para este curso.

Pero llegó el Nadal de los capítulos históricos. Concentrado solo en el siguiente punto, el de Manacor se batió en duelo contra el marcador, Zverev y sus propios fantasmas. La cabeza, que tantas batallas le ha hecho ganar cuando ya el cuerpo parecía rendido, volvió a dirigirle hacia la luz. Todavía se complicarían un poco más la situación para el español, pues el alemán logró ganarse un punto de partido con 5-3 . Y allí, con esa volea que chocó con la red y con su aspiraciones cedió el encuentro sin todavía saberlo.

Nadal recuperó la épica para demostrar al alemán que ante él si pierdes una oportunidad puede que no tengas otra. Para enseñarle lo difícil que es terminar un partido ante uno de los mejores tenistas de la historia. Para aleccionarlo para el futuro. Nadal es Nadal. Lo espera Kei Nishikori en cuartos.