Kyrgios, talento irreverente contra Nadal

Hasta los catorce años, Kyrgios aún no sabía si apostar por el tenis o por el baloncesto, su pasión , como vía con la que ganarse el pan. Sus padres, griego y malasia, le forzaron a hacerlo por la raqueta. Y parece que aún no ha interiorizado las consecuencias de su decisión: tras caer en la segunda ronda de Australia de este año, dijo que debía haberse tomado más en serio la pretemporada y jugar menos al baloncesto.

En 2015 ya dio la campanada ante uno de los favoritos, su ídolo tenístico Roger Federer –el otro es LeBron James–. «Es uno de los rivales más difíciles que hay. Quizás en tierra lo sea menos, pero la altura hace que sea igual o más complicado», declaró ayer Nadal en rueda de prensa. «Tendré que jugar al estilo adecuado» , dijo Kyrgios (venció a Harrison por un doble 6-3), que catalogó a su rival de esta tarde como «el mejor de la historia en tierra».

La agresividad de su tenis fluye por los 1,93 metros que conforman su figura de la misma manera que lo hace una irreverencia casi insólita. No en vano, es ya un habitual en el top 20 y un recurrente dolor de cabeza para la zona noble del ranking. Su nombre, como el de Alexander Zverev o el de Dominic Thiem, está llamado a grabarse en un buen número de trofeos en los años venideros.

Nadal llega después de sudar de lo lindo para deshacerse de otro genio imprevisible, el italiano Fabio Fognini, en un enfrentamiento que rozó las tres horas (7-6 (3), 3-6 y 6-4). El balear no terminó de soltarse durante los dos primeros sets, siempre sujetado por la derecha del italiano. Sin necesidad de llegar bien a la bola, y con una mano que no paraba de dar brío a cada pelota cada vez que entraba por su drive, Fognini pudo dominar los peloteos, hacer sudar a Nadal y apurar hasta el último instante sus opciones de causar un disgusto importante a los numerosos fans del de Manacor que ayer subieron los decibelios en la pista Manolo Santana.

Al mallorquín lo acompañarán en los octavos de final los otros dos jugadores locales que siguen vivos en el torneo: David Ferrer y Feliciano López .

El de Jávea llegará con las piernas frescas a octavos, pues no tuvo ni que vestirse para obtener el pase. Quien ayer debía ser su rival, Jo-Wilfried Tsonga, tuvo que retirarse por problemas en su hombro derecho. Le espera Kei Nishikori, que se fue al tercero contra Diego Schwartzman y llega con el cuentakilómetros muy por encima del de Ferrer.

Feliciano López lo tuvo crudo contra Gilles Simon, pero en el tie break del tercero halló el acierto necesario para escalar hasta los octavos (6-3, 3-6 y 7-6 (3)). Tendrá la difícil misión de vengar a Nicolás Almagro , el otro español que seguía vivo en el Mutua Madrid Open, y que cayó ayer ante uno de los favoritos a levantar el trofeo el domingo, Novak Djokovic . Su condición de aspirante a campeón viene con matices. No pasa el serbio por su mejor momento. Se vio contra Almagro: el murciano, muy fino en el tramo final del segundo set y el inicio del tercero, apuró sus opciones hasta ponerse 3-0 arriba en el definitivo. El marcador funcionó como despertador para el campeón que hay dentro del balcánico, que liberó tensión en forma de tenis para levantar un partido que tenía cuesta arriba (6-1, 4-6 y 7-5).

En caso de que Feliciano y Ferrer ganasen sus respectivos partidos, la presencia de un español en semifinales estaría garantizada. Con Nadal en el mismo lado del cuadro, lucharían el uno contra el otro por mantener viva la posibilidad de una semifinal española.