Federer camina sobre el filo de la cuchilla
Roger Federer estuvo ayer a punto de seguir el camino de Djokovic y Nadal . De hecho, se encontró a milímetros del precipicio que le hubiera hecho perder la mejor ocasión de su vida de ganar Roland Garros.
El alemán Tommy Haas, un ... jugador venido de las profundidades del tiempo, le tuvo en el suelo, presto para pisarle la cabeza, sin solución de continuidad. Dos sets a cero para el germano y en el 4-3 bola de «break» para ponerse 5-3 y cerrar el partido.
Era una situación calamitosa para el suizo. Superado por el saque y la derecha del alemán, Roger nunca encontró la medida a sus golpes. Perdió la primera manga en la muerte súbita y el segundo en un «break» inesperado. Pero cuando ya pedía auxilio, su propio rival vino en su ayuda.
Tommy Haas es, como casi todos los alemanes del circuito, un tipo extraño, pero él más aún. Es un jugador excelente, de una clase inmaculada, con un talento y elegancia tremenda, innata. Un tenista con un potencial tan grande que le llevó al número dos del mundo en 2002. Una serie de lesiones en el hombro y en los abdominales le mandó al pelotón de los torpes. Se encerró en sí mismo y no quiso saber nada de nadie, y de su equipo de Copa Davis menos.
Está considerado como un valor perdido y ayer se supo el porqué: en el momento decisivo se rajó, como se rajó Acasuso, como se rajan los mediocres en los puntos clave, los que diferencian a los jugadores buenos o muy buenos de los campeones.
Perdió esa ocasión y luego se puso el dodotis. Federer, que tiene un instinto natural para trincar a los perdedores, vio el resquicio y se fue a por él con la clase y talento que tiene, con la confianza recuperada. Perdida la ocasión, perdido el partido. Aupado por un público enfervorizado, se fue arriba y levantó el choque ante un Haas ya en su punto justo: discreto y cobardón.
El otro Tommy, el nuestro, pasó con todos los honores . Era un partido difícil para Robredo: mantener la bandera nacional en alto, un rival que viene crecido después de haber eliminado a un favorito (Djokovic) y él saliendo de un mar de dudas, revuelto por los partidos anteriores.
Pero el español puso lo que no le echó el otro Tommy: redaños. Y como es un jugador más compacto en líneas generales que Kohlschreiber, le fue ganando terreno poco a poco, milímetro a milímetro, en un partido muy trabajado, ganado punto a punto con mucho mérito. El encuentro fue tenso y Tommy lo tuvo que trabajar mucho tácticamente. Varió alturas en las bolas y sobre todo ralentizó el partido para que el alemán, que le pega muy duro en partidos jugados a gran velocidad, no tuviese ritmo.
Ahora, Del Potro
Finalmente, la calidad global del español acabó por imponerse porque no cejó nunca. Creyó en él y en su jerarquía en el ranking y cerró el partido en cuatro duros sets para pasar a cuartos de final con todos los honores. También se clasificó Del Potro, que volvió a realizar un excelente tenis para echar del torneo a uno de casa: Tsonga. El argentino es el siguiente rival de Robredo.
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