Djokovic, a octavos de París sin dolor

Y eso que al número uno se le presentaba una prueba interesante ya que Kokkinakis, de 19 años, crece con el cartel de futurible, un adolescente con muchísimas cualidades, aunque también es cierto que hay que pulir. Es valiente, a veces demasiado, y regala buenos golpes, pero a la hora de la verdad es incapaz de hacer daño a un enorme tenista como el balcánico.

A Djokovic no hay quien el pare, imponente y también veterano como para saber gestionar cada batalla. Le basta un break en el primer set para dar un paso al frente y empieza el segundo rompiendo el servicio del australiano, siempre por delante para demostrar quién manda en París.

Y se repitió la historia en la tercera manga, en donde Kokkinakis se diluyó pese a ofrecer siempre buena cara. Hubo puntos interesantes en el rutinario triunfo del balcánico, que ahora se medirá al vencedor del duelo entre Richard Gasquet y Kevin Anderson. Es el último paso antes de los cuartos, en donde debería medirse a Rafael Nadal.