Había agnado a Tommy Haas por 6-2 en el primer set cuando el alemán no pudo aguantar más sobre la pista y decidió retirarse del Masters 1.000 de Roma . Así, Grigor Dimitrov recibía el primer regalo por su 23 cumpleaños: la victoria ... y el pase a semifinales.
Una vez guardada la raqueta, el tenista recibió la sorpresa de una tarta de fresa con una vela que sopló con el aplauso de toda la grada. Fue su entrenador el que quiso ayudarlo a cortarla cuando decidió que quizá el búlgaro la quería toda para él.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete