Masters 1.000 de Roma

Nadal, doctor Jekyll y míster Hyde

El balear se sacude los fantasmas a tiempo para superar el viento, sus desconexiones y a Youzhny (6-7 (4), 6-2 y 6-1)

laura marta

15/05/2014
Actualizado a las 21:03h.

Le salen las derechas, consigue un efecto que no obtiene respuesta en sus rivales, pero Rafa Nadal se sienta en el banco con un set en contra. En la cabeza, ese 5-3 a favor con el que tuvo dos posibilidades de terminar la primera ... manga al resto y con su propio servicio. Dos dobles faltas sentenciaron al español a una muerte súbita en la que desaprovechó otra vez una renta de 3-0 con la que, en otros momentos, hubieran sido más que suficientes para sentenciar. Youzhny, a lo suyo, logra otro break para sumar un 2-0 en el segundo parcial. Cuando apareció la bestia: Nadal, número 1 que aplasta al ruso y sus propios fantasmas, después de un partido descomunal de más de tres horas ante Gilles Simon en el que aprendió a sufrir al máximo. (6-7 (4), 6-2 y 6-1). [Así ha sido el partido Nadal-Youzhny ]

Cuando Rafa Nadal rompe el servicio de su rival en el octavo juego, suele terminar la canción con un estribillo muy conocido: su puño cerrado en señal de que el set es para él. No es este el Nadal que se vio en Roma ante Youzhny, que jugó a impulsos, por momentos brillantes por momentos apagados. Con demasiados fantasmas en la cabeza cuando vio que el set estaba en su mano. Break a favor para 5-3 y resto que pierde; dos dobles faltas con su servicio que regalaron el contrabreak al ruso. Y este, crecido ante un desdibujado Nadal, gritó al cielo que el primer set era suyo.

Nueve minutos duró el primer juego del segundo set. Nada le salió bien al balear, que se presentó pronto con 15-40 y aunque aguantó hasta el deuce, la tendencia al alza del ruso le llevó a firmar un 2-0 sorprendente para la grada. No había sombra del número 1 del mundo. Jugaba el español más contra sí mismo que contra Youzhny o el viento, pero los «vamos» se fueron multiplicando, y convirtiendo en verdaderos gritos de guerra porque cada punto era una gota de agua en el desierto.

Llegó el punto de inflexión en el tercer juego. A contracorriente otra vez con su servicio, luchó hasta la extenuación para conseguir iluminar su marcador del segundo parcial. Un antes y un después porque el balear encadenó dos juegos más consecutivos con un nivel más en su tenis, en su juego y en su velocidad. Las nubes comenzaron a despejarse y lo hicieron del todo cuando encadenó seis juegos consecutivos para sellar la segunda manga a su favor, y otros seis en un tercer set impecable, agresivo y contundente, para demostrar quién manda en la tierra de Roma. Doctor Jekyll y míster Hyde. En cuartos, Andy Murray.

Ferrer arrolla a Gulbis

En una una hora y once minutos de duración, David Ferrer solventó su encuentro contra Ernests Gulbis con el que el alicantino accedió a cuartos. La primera manga, de juegos cortos y golpes directos, fue resuelta por el tenista español con relativa facilidad en tan sólo 40 minutos, que se saldaron con un 6-2.

Fue en el segundo asalto cuando Gulbis trató de plantar cara al español, que se mostró solido y que frenó cualquier intento de reacción de su rival. Ferrer mantuvo su dominio y se apuntó la segunda manga por 6-3.