WIMBLEDON
Djokovic, finalista de récord
El serbio, en cuatro horas y 44 minutos, supera a Del Potro por 7-5, 4-6, 7-6 (2) 6-7 (6) y 6-3 en la semifinal más larga de la historia del torneo
E. YUNTA
Londres aplaude a Novak Djokovic , un campeón que aspira a reconquistar Wimbledon, un número uno que se adapta al verde como nadie, un tenis ta soberbio que se planta en la final después de una exhibición memorable. Londres aplaude a Djokovic después de ... que el serbio desconecte las bombas de Juan Martín del Potro, a quien supera por 7-5, 4-6, 7-6 (2) 6-7 (6) y 6-3 en cuatro horas y 44 minutos, la semifinal más larga de la historia de este torneo legendario, la semifinal más épica que se recuerda. Luchará por el título ante Andy Murray. [Así lo hemos contado]
Wimbledon rescató el duelo por el bronce de los últimos Juegos Olímpicos, un partido precioso que encendió a la grada de la central en una jornada grande. Se confirma que en Londres existe el verano y apareció el sol como metáfora de lo que se vería en la pista, tremendo el partido en todos los aspectos, una semifinal con mayúsculas entre dos tenistas que llegaban a la cita sin haber perdido un solo set. La elasticidad y el talento infinito de Djokovic contra la derecha y el coraje de Del Potro , mejor imposible.
Y resultó ser un encuentro magnífico, igualado, resuelto por esos detalles que marcan la tendencia en el tenis de hoy. Desde el principio se asumió que la cosa iría larga, entusiasmado el personal con los intercambios, muy serios los jugadores en un primer set de alto voltaje. Se lo llevó Djokovic por cabezonería y porque a Del Potro le abandonó el primer saque , pobre en los porcentajes y obligado siempre a remar en su servicio. El argentino se exigía una remontada.
Creyó siempre en sí mismo, aparentemente mejor de los problemas en la rodilla izquierda. Del Potro es una máquina con la derecha, un martillo durísimo, y es asombroso apreciar ese cuerpo tan grande en movimiento. Se desplaza con soltura y cuando llega a la bola le impacta de forma violenta, precisión extrema . Limpió las líneas y se sobrepuso a ese primer set con madurez después de salvar cinco bolas de break en el segundo. Él aprovechó la primera que tuvo.
Eran dos tenistas en su máxima expresión, dos tenistas desatados. Djokovic dio un recital de movimientos imposibles, tan elástico que da hasta miedo verle. Se estiró a por bolas imposible, acabó cien veces por los suelos, y trató de encontrar respuestas en ese impresionante revés que pareció dejarle de lado por momentos. Sin embargo, llevó el peso del tercer set y pudo resolverlo mucho antes, 6-5 y 0-40 al resto. No se lo puso nada fácil Del Potro, pero en el tie break el argentino estuvo mal, condenado a partir de dos remates facilísimos que recordará durante un tiempo.
Básicamente porque gran parte de las opciones del sudamericano estaban ahí, en ese parcial. Se antojaba casi imposible llevar el pulso al quinto set y estar en condiciones de pelear con el número uno, un portento físico con mil vidas. El depósito del serbio tenía más gasolina para asumir el reto , pero llegó un giro inesperado, un cambio radical cuando la historia parecía ya escrita.
Al borde del abismo, resurgió Del Potro con tanto orgullo y dignidad que recuperó un break de ventaja en el cuarto, salvó dos bolas de partido en el tie break y estableció la igualada contra todo pronóstico. Competidor en mayúsculas, nivel estratosférico de tenis.
Le pesaron las piernas a la hora de la verdad, comprensible después de tanta paliza. Tuvo su oportunidad en el quinto set, pero realmente siempre fue con el gancho y acabó rendido en el octavo juego, agotado después de remar tanto con el viento en contra. Se le escapó su saque y Djokovic ya sólo tenía que rematar. Es un finalista de récord.
Djokovic, finalista de récord
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