Antonio Cordón abrió a principios de semana, tras la derrota con el Getafe, la baraja de extremos con la que cuenta el Sevilla y donde podía no perjudicarle demasiado la salida de uno de ellos, al tener tres en nómina. Evidentemente, la ... valoración de cada uno de ellos la dictaminaba el mercado o el posible comprador. Tras no acercarse club alguno por Lukebakio ante las altas pretensiones sevillistas (40 millones), el director deportivo movió otras piezas del tablero, desde Vargas a Stanis Idumbo.
Por el suizo se intercambió llamadas directamente con Fernando Roig, presidente del Villarreal y con el que mantiene una buena relación. El conjunto castellonense busca un extremo y uno o dos delanteros, por petición de Marcelino, quien había puesto sus ojos en el sevillista pero sin querer pensionarse en cuanto al precio. Su oferta (7 millones) era la mitad de lo que pedía el Sevilla. Le quedaban limpios cinco millones a los andaluces, una cantidad que nada les solventaba.
Por tanto, el club activó la posible salida de la joven promesa Idumbo a un mercado muy dado a los jóvenes valores como el francés. El Mónaco, otro club del que Cordón guarda un buen recuerdo, se ha lanzado por el belga y lo ha cerrado por diez más dos en variables. Una cantidad importante por la que ahora en Nervión están un poco menos tensionados en cuanto a una venta inminente. Han cogido fuerza para ello.
Porque Sevilla y Villarreal siguen negociando por Vargas, aunque la situación con las inscripciones y el poder salir al mercado de los andaluces sea un poco menos tensa, por lo que sí podrá presionar en lo posible a los de Marcelino. Por Lukebakio no hay propuestas que interesen al número diez, mientras que en la gestión del mercado el club prefiere vender ahora un lateral (Juanlu o Carmona) para seguir perfilando la plantilla.
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