Valencia - Sevilla: El Valencia y Sánchez Martínez dejan a Pimienta pendiendo de un hilo (1-0)
Cuarta derrota consecutiva de los nervionenses en un partido que decidió el solitario gol de Javi Guerra. El arbitraje dejó una riada de polémicas contra un buen Sevilla en la primera parte que dimitió en la segunda
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Bochorno completado. El Sevilla de García Pimienta tocó fondo en Mestalla cosechando su cuarta derrota consecutiva ante un Valencia que, para más inri, lo adelanta en la tabla y le propina otro empujoncito hacia el foso. El equipo peleó y dominó en ... una primera parte en la que las decisiones de Sánchez Martínez lo mataron, con un penalti y un gol anulados de manera muy polémica para dar paso al único tanto del partido, el del valencianista Javi Guerra… tras falta previa de Foulquier que tampoco quiso ver el trencilla. La segunda parte fue un desastre del Sevilla. No hizo nada por levantarse. Quedan todavía siete jornadas y este Sevilla es capaz de perpetrar todo lo malo que se imaginen. La serie de resultados es vergonzosa. El tropiezo con el cuadro che corrobora, si es que alguien tenía alguna duda, la fractura irreversible entre vestuario y entrenador. Hace tiempo que Pimienta está amortizado. Pende de un hilo, pero como la imagen no ha sido dantesca, no lo echan todavía.
Ello no tapa que ya perdió la confianza de la cúpula y, lo peor de todo, de unos jugadores que lo han reprochado en público. ¿Qué más tiene que pasar para acabar con esta pantomima? La lejanía de los puestos de descenso en una liga espectacularmente mediocre es lo único que lo ha sostenido hasta aquí. Y los finiquitos, porque no hay un duro.
Cierto es que la noche en la capital del Turia no empezó mal. Pintaba a otra cosa. La apuesta de Pimienta en Mestalla tuvo matices llamativos. Dejó en el banco a Pedrosa y Ejuke para renovar la banda izquierda desplazando a Kike Salas al lateral con Lukebakio por delante. La gran novedad fue la presencia del 'olvidado' Peque en la derecha. El de L'Hospitalet no era titular desde el 25 de enero. Pimi decidió jugar la carta del que fuera su pupilo en la Masía y la verdad es que el ex del Racing, más o menos, le respondió con arrestos. Con lo que no contaba casi nadie es con el pernicioso arbitraje de Sánchez Martínez en una primera parte diabólica por las incomprensibles decisiones del trencilla murciano en connivencia con el VAR. En lo controlable, erró por enésima vez la puntería de Isaac. Cuando el Sevilla tuvo al Valencia para apuntillarlo, el delantero canterano frustró de nuevo los planes. La ansiedad le hace fallar lo infallable.
La primera parte fue del Sevilla en todo… menos en el marcador. Lokonga puso pronto a prueba a Mamardashvili con un lanzamiento envenenado que avisaba de las intenciones del Sevilla, agresivo desde la puesta en escena, tomando la iniciativa y haciendo mucho daño también por los costados. En una de las llegadas visitantes, Sánchez Martínez pitó penalti de Gayà sobre Peque. El derribo pareció claro pero el arbitro se retractó de su decisión tras ser requerido en el VAR por Pizarro Gómez y revisar la jugada en el monitor. El capitán del Valencia había rebañado el balón pero también impactó en el pie de Peque. Interpretación a favor de los de casa y penalti al limbo.
Y lo peor por parte de los jueces del partido estaba por llegar. A la media hora, Lukebakio botó un saque de esquina y Lokonga empalmó la bola de un zurdazo al fondo de las mallas. Los jugadores nervionenses corrían como locos celebrando el gol… pero también quedaría invalidado ante el estupor de toda la tropa sevillista. Sánchez Martínez y sus ayudantes interpretaron esta vez que, supuestamente, el centro de Lukebakio desde el córner rebasó la línea de fondo al dibujar su parábola, algo que ninguna imagen de la televisión aclaró durante la retransmisión. Hay que creérselo.
Con el Sevilla de absoluto dominador, pero sin facturar goles, el tufo se veía venir. Todo le sale al revés. Isaac Romero falló absolutamente solo ante Mamardashvili el 0-1 en una pifia imposible. Lukebakio se la había dejado para empujarla, pero el cenizo del canterano no encuentra límites. El Valencia, que apenas había inquietado por medio de un balón que Badé despejó al larguero de su propia portería, daría el golpe de gracia en el tiempo añadido de la primera parte. Javi Guerra fue el encargado de firmar el 1-0 tras una gran acción personal. Por su puesto, no sin polémica, porque el Sevilla había reclamado una falta clara de Foulquier sobre Isaac en el inicio de la contra valencianista.
FICHA DEL PARTIDO
- Valencia CF Mamardashvili; Foulquier, Tárrega, Mosquera, Gayà; Barrenechea, Javi Guerra (Diakhaby, m. 87); Luis Rioja (Fran Pérez, m. 87), André Almeida (Pepelu, m. 74), Diego López (Rafa Mir, m. 74); y Sadiq (Hugo Duro, m. 60).
- Sevilla FC Nyland; José Ángel Carmona (Juanlu, m. 79), Badé, Gudelj (Pedrosa, m. 79), Kike Salas; Agoumé, Lokonga (Saúl, m. 66), Sow; Peque (Idumbo, m. 66), Lukebakio e Isaac Romero (Ejuke, m. 66).
- Árbitro Sánchez Martínez (Comité Murciano). Amarilla a los locales Javi Guerra, Foulquier y Gayà, y a los visitantes Kike Salas y José Ángel Carmona.
- Gol 1-0, m. 45+4: Javi Guerra.
- Estadio Mestalla. 45.618 espectadores.
Al descanso se marchó el Sevilla hundido. Todo su esfuerzo del primer acto cayó en saco roto, entre errores propios y discutibles decisiones arbitrales. Los de Pimienta nunca levantarían ya los brazos. Y eso que al poco de reanudarse el choque Lukebakio y Lokonga disfrutaron de sendas ocasiones para igualar la contienda. Por desgracia, se trató de un mero espejismo, porque el Valencia metió una marcha más y apenas le permitió al Sevilla parecerse al de la primera parte. Los de Pimienta fueron presa de las imprecisiones y navegaron a merced del adversario hasta el pitido final. El propio Javi Guerra acarició un doblete que abortaron entre Nyland y el larguero. Y es que el portero noruego fue el mejor de los sevillistas en una horrible segunda parte. Dejó para su recuento otro doble paradón a Hugo Duro y Diego López, y un bloqueo sensacional ante Pepelu en el epílogo del choque. El Sevilla murió con el gol, aunque el proyecto no tiene aliento desde hace mucho. Ni fútbol, ni suerte. El Sevilla necesita un cambio.
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