El Sevilla-Roma, a la espera de una decisión

Si el lunes se anunciaba que los partidos se jugarían a puerta cerrada, a mediodía de ayer el Gobierno daba a conocer una medida extrema con la que esperan contener el contagio de coronavirus: la prohibición de vuelos directos entre España e Italia desde hoy hasta el 25 de marzo. Es la medida que más directamente afecta a la Roma y a sus seguidores, muchos de los cuales ya renunciaban a su desplazamiento y otros, pocos, se dejaron ver ayer por los hoteles del centro de Sevilla. Según la medida publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), «se prohíbe la realización de vuelos directos desde cualquier aeropuerto situado en la República de Italia a cualquier aeropuerto situado en el Reino de España a partir de las 00:00 horas del día 11 de marzo de 2020 y hasta las 00:00 horas del día 25 de marzo de 2020. Esta prohibición no será de aplicación a las aeronaves de Estado, ni a la realización de escalas con fines no comerciales, vuelos exclusivos de carga, vuelos posicionales, humanitarios, médicos o de emergencia».

En ese momento se activaron los procedimientos para aclarar cómo podría disputarse el partido de mañana si el equipo de Paulo Fonseca no podía llegar a Sevilla. Las federaciones española e italiana se pusieron en contacto para tratar de encontrar, junto a la UEFA, una solución. La única forma de que puedan aterrizar en el aeropuerto de San Pablo es con un permiso especial de Fomento. Según la cadena COPE, consiguieron anoche el permiso del Ministerio para viajar.

Vistas las complicaciones, la Roma se puso en contacto con la UEFA para ver cómo podrían viajar a Sevilla para jugar el partido. A final del día de ayer, el máximo organismo europeo no había dado repuesta a la cuestión que podría acabar con un aplazamiento del encuentro, como sucedió el lunes con el Basilea-Eintracht de la misma competición, que estaba programado para el 19 de marzo en el estadio St. Jakob de la ciudad suiza.

El entrenador del equipo italiano se pronunció ayer en una entrevista sobre la crisis sanitaria que azota a Europa y señaló que «hay una cosa que es más importante que el fútbol, que es la salud de las personas. Pienso que estos días se tomarán decisiones muy importantes y no deben ser tomadas solo por las respectivas ligas, deben ser tomadas en conjunto con la UEFA».

La medida del Gobierno español busca reducir el tráfico de personas con riesgo de estar contagiadas y en el caso de los partidos evitar la concentración de aficionados italianos y españoles en los alrededores del estadio, aunque los sevillistas ya están llamando a reunirse para animar desde fuera del Sánchez-Pizjuán y ya se han visto a algunos aficionados romanistas por Sevilla. La Policía vigilará los exteriores del estadio por si se produjese la concentración de aficionados para la que tendría que cursarse una solicitud de autorización. En caso contrario, los agentes podría actuar si consideran que está en peligro el orden público. Hoy se celebra una junta de seguridad que contará con la presencia de responsables de los cuerpos de seguridad, bomberos y emergencias, en la que se analizarán los dispositivos para el encuentro de mañana.

Los aficionados de ambos equipos que se hicieron con una entrada para el partido recibirán la devolución del importe. En el caso de los hichas italianas, a través de una campaña a la que han llamado United we Stand han recaudado ese dinero para donarlo al Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas Spallanzani de Roma, que investiga el coronavirus. A la espera de encontrar una solución, el equipo italiano continúa con su plan de viaje . Los hombres de Fonseca entrenarán esta mañana en Trigoria antes de dirigirse a Fiumicino para tomar un avión con destino a Sevilla.