El rincón de Cazón Palangana
Lille - Sevilla: No se puede jugar bien, ome
Ganamos jugando mal. Empatamos jugando regular. Verá tú como juguemos bien…
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Iniciar sesiónEntre los dimes y diretes de las armas de Castro y Del Nido de cara a la Junta (en este caso Separada) que tendrá lugar la próxima semana llegaba este importante Lille-Sevilla. Tercer partido de Champions para el equipo de Julen que necesitaba ganar ... sobre todas las cosas. Sí, por encima de jugar bonito, también.
El Sevilla salía al pabellón de Lille (estadio techado que parece un moderno taperwé del Ikea) sin Koundé que se quedaba en la grada, supongo que por culpa de un esguince en el rizo superior de su coronilla.
El partido empezaba relativamente controlado por el Sevilla, con Fernando imperial en la medular, como siempre. El brasileño es el tren de la bruja, dando escobazos por el centro del campo y recuperando balones para los suyos. Suso lo intentaba con su jugada fetiche, entrando a banda cambiada, internándose hacia dentro y disparando desde la frontal. A veces hasta le sale.
El equipo francés, con indumentaria rojilla y tanto negro en su once, hacía parecer que el Sevilla jugara contra el Osasuna de Javier Aguirre, con los Webó, Bakayoko y compañía. Con la diferencia de que estos no pegan bocaos ni tienen a Patxi Puñal en la medular, entregando regalitos a sus rivales.
A punto estuvo de inaugurar el marcador Rafa Patrico Mir, si no llega a ser por la presencia de Djaló de tangao, bajo palos, que sacó el balón cuando ya casi estábamos descorchando un botellín.
El jugador más talentoso del Osasuné (a partir de ahora así llamaré al Osasuna francés) era Renato Sanches, un centrocampista con toa la jechura de Edgar Davids, aquel holandés que jugaba con gafas, y el peinao de Whoopi Goldberg. Choque de trenes entre él y el huevo Acuña. Precisamente en una cagadita del argentino vino la primera gran ocasión para Renato Sanches, que se plantó solo frente a Bono, quien detuvo su disparo con el pecho como un torero a porta gayola.
El partido empezaba a ser un toma y daca porque minutos después, Lucas Ocampos, que lleva un añito y medio como un mago al que le han cogido el truco, remataba tres veces seguidas a portería. En la última de ellas se llevó un cosqui del portero del Osasuné, que salió como Mazinguer Zeta (puños fuera). La buena actuación del argentino ilusionaba a los sevillones con la posibilidad de volver a disfrutar de la mejor versión de Luquita.
Ocampos y Suso, Suso y Ocampos. Ambos jugadores se intercambiaban las bandas y se repartían las ocasiones de gol. Se acababa una buena primera mitad de un Sevilla que no se fue al vestuario con ventaja porque arriba hace menos daño que una sopita de arró. Si los testigos de jehová no saben que hacer si le abres la puerta de tu casa, este Sevilla creo que no ha sabido cómo marcar gol tras hacer una buena primera mitad. Será la falta de costumbre.
Chilena fallida de Ocampos, así empezaba la segunda parte. Esa la coge Luquita en su primera temporada y la engancha, la mete por la escuadra y lo nominan pal Balón de Oro. Lástima que no estemos en 2019.
Curiosa pelea por el balón la que protagonizaron Diego Carlos y Bamba. El brasileño porfió con el jugador del Osasuné y de un pechazo lo mandó al suelo. Dejó a Bamba hecho una chancleta.
Salían al campo Augustinsson, Jordán y el Papu. Y no cambiaba mucho la cosa. El Sevilla llega con mucho trabajo a posiciones de centro al área y, cuando lo hace, no encuentra rematadores. Si estuviera En-Nesiry ya habría tenido 5 ó 6 ocasiones, aunque hubiera rematao con un hombro vendao.
Lopetegui, repitiendo jersey de almorzar en el club de golf, sacaba a toda la artillería sevillona para amarrar el empate. El Coco Lamela e Iván Rakitic entraban al terreno de juego para dar empaque y brío al centro del campo. La iba a tener el que vino por Bryan Gil, el Coco, pero remató manso a las manos del portero del Osasuné.
El Sevilla llegaba al minuto 85 de partido como si la plantilla hubiera corrido la media maratón del domingo pasao pero la iba a tener a dos minutos del final en una falta al borde del área que lanzó el croata empadronao en Pino Montano, estrellando el balón en la barrera.
Finalizaba el partido con empate a cero. Un Sevilla del revés, haciendo una buena primera parte y una segunda muy sosa. Eso sí, el Sevilla de Julen tiene el rostro de Acuña:es feo, pero compite como nadie.
El tuitaso
El equipo está jugando bien, pero yo hasta que no enfoquen a Lopetegui de frente y vea si está otra vez peinaíto no me quedo tranquilo.
— PEX (@PalanganismoEx) October 20, 2021
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