Lille - Sevilla: Jekyll y Hyde sevillista en Lille (0-0)
El Sevilla FC dominó a su rival durante una hora y generó infinidad de ocasiones para ganar, pero los cambios, obligados por las lesiones y el cansancio, lo arrinconaron hasta sufrir en el tramo final
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Iniciar sesiónEl Pierre Mauroy de Lille vio a un Sevilla FC de dos caras. La del equipo dominador que sale con determinación a por su adversario y posteriormente, ya en el epílogo, la de otro conjunto sumido en las dudas y en ... la especulación por el resultado. La primera versión de los de Lopetegui, la buena, duró una hora... justo hasta que los cambios del entrenador, obligados por las lesiones y el cansancio, diluyeron por completo el dominio nervionense. El Sevilla fue Jekyll y Míster Hyde en su poco fructuosa aventura gala. Disfrutó de ocasiones sobradas para ganar pero sólo pudo empatar (0-0). Y gracias, porque el final del choque tornó incluso en agobiante para las huestes blanquirrojas. Tres empates en tres partidos de Champions. El Salzburgo ganó el suyo de hoy al Wolfsburgo (3-1) y se escapa en la primera plaza del Grupo G con 7 puntos.
Lopetegui retocó todas las líneas del equipo, recuperando a Acuña para el lateral zurdo y a Diego Carlos en el eje de la zaga. No llegó a tiempo Jules Koundé, que vio el partido desde la grada del vanguardista coliseo galo. Repitió en su sitio Rekik. En la línea de medios entró Delaney, con la idea de liberar más a un Óliver Torres que encadenó así su segunda titularidad en tres días. Arriba, la modificación más reseñable fue la inclusión en el once inicial de Suso, completando la tripleta ofensiva junto a Ocampos y Rafa Mir.
El extremo gaditano, que había desatascado el partido en Vigo saliendo desde el banquillo, firmó en territorio francés el primer diparo a puerta de su equipo. Y lo hizo dibujando su clásica jugada, recortando hacia adentro y pegándole con mucha intención de zurda. Grbic, bien colocado, se hizo con la pelota. Diez minutos tardó el Sevilla en avisar con cierto peligro. Antes, los locales habían armado un par de contras orquestadas por el veterano Burak Yilmaz, vertical y muy activo en toda la primera mitad, cargando de trabajo sobre todo la parcela controlada por Navas y Diego Carlos. El turco tuvo ahí una lucha tremenda con los sevillistas.
Ello no condicionó los planes de Lopetegui y su equipo se hizo relativamente pronto con el dominio del balón. También monopolizó casi todas las ocasiones del primer acto. Tras un error garrafal del portero del Lille, Rafa Mir tuvo el gol en sus botas, pero Djaló apareció de la nada y sacó el esférico sobre la misma línea, con el meta local ya batido. Respiro para los galos. El Sevilla sí era esta vez reconocible, el que todos esperan fuera de casa. Eso sí, no supo traducir esa autoridad del arranque en ventaja en el marcador.
Realmente, en los primeros 45 minutos, el Lille sólo olió la presa gracias a un desajuste defensivo del propio Sevilla. Renato Sanches se quedó solo ante Bono en un balón perdido... se mascó la tragedia. Todo se quedó en el susto porque apareció el de siempre. El cancerbero marroquí se agigantó y logró taponar el remate del centrocampista portugués.
Después del espejismo ofensivo del equipo de Gourvennec, el guion dominador del Sevilla continuó su cauce. El carrusel de oportunidades se sucedió. Fue amplísimo. Faltó, otra vez, la contundencia para definir. Suso probó de nuevo con un gran disparo desde la frontal y Ocampos obligó a Grbic a lucirse para mandar el balón a córner. Antes del descanso, Navas también puso a prueba al guardameta croata con un pase lateral que llevaba veneno. Ocampos, de cabeza, rozó el gol para casi finiquitar el primer periodo.
El Lille no podía ante un Sevilla eminentemente superior. Casi todo lo hizo bien el conjunto de Lopetegui... menos marcar. Poco podía corregir el estratega vasco. Rezar y esperar la diana. Con los mismos once hombres y no menor intensidad, se encajó el equipo en la reanudación. Un intento de chilena de Ocampos, que no enganchó el argentino por centímetros, fue la tarjeta de presentación de los sevillistas en el segundo tiempo.
No soltó el mando del partido y siguió buscando el gol con insistencia. Aunque también surgieron contratiempos. Rekik se echó la mano al muslo y tuvo que abandonar el partido. El percance obligó a Lopetegui, sin más centrales, a recomponer su equipo ubicando a Fernando junto a Diego Carlos. Eso y el progresivo carrusel de cambios del entrenador del Sevilla FC terminaron por minar el rendimiento de los nervionenenses.
El Sevilla fue perdiendo fuelle en su carrera contra el marcador y el crono... e incluso aparecieron las dudas y ciertos nervios. Hasta se sufrió al final, quedando la extraña sensación de que el punto obtenido no fue malo del todo. El Sevilla fue Jekyll y Hyde en Lille.
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