Maite Albarrán: «Pienso que todavía el deporte femenino está muy poco valorado»
La capitana del Sevilla FC considera que la clave para la igualdad en el fútbol está en que las chicas generen más
La capitana del Sevilla FC Maite Albarrán, es el ejemplo a seguir para muchas de las jóvenes jugadoras por su pasión y entrega al equipo después de trece años dedicada a este deporte. La utrerana comenzó a jugar en un equipo de fútbol sala en ... su localidad natal para pasarse al Sevilla a los 18 años. Se marchó al Sporting de Huelva, club con el que ganó una Copa de la Reina, y donde jugó seis años. Volvió al Sevilla cuando creyó que se le estaba dando al equipo femenino la valoración que merecía.
¿Cuáles son las fortalezas y las debilidades de este equipo?
La fortaleza es que somos un equipo unido, hecho. Las nuevas compañeras se han acoplado muy bien y nos ha venido muy bien esa fuerza que transmiten. Tenemos una mezcla de veteranía con juventud y nos compenetramos muy bien. No quiero pensar en debilidades porque si te las digo se las estoy dando al rival, pero siempre hay que trabajar más, nunca pienso que estemos al cien por cien porque siempre hay que trabajar más.
Como veterana, ¿cómo ayuda usted a las más jóvenes o los fichajes a incorporarse al equipo?
Ayudar a resolver los problemas que tengan dentro y fuera del campo. Les doy consejos dependiendo de la situación por mi experiencia. Intento que estén cómodas, se sientan parte del equipo, que pertenecen al equipo. Si sienten eso, pienso que la responsabilidad en ellas va a crecer y nos va a dar lo que necesitamos.
¿Qué supone para usted la capitanía?
Es un orgullo, porque siempre he sido sevillista, mi familia lo es, mi padre lo es. Entonces portar el brazalete para mi es pasión, pasión por este equipo, por lo que hago. Este es mi trabajo y además soy capitana del barco. No puedo sentir más orgullo.
¿Con cuál de sus compañeras se entiende mejor en el terreno de juego?
Desde que llegó, para mi ha sido una ayuda fundamental, Aldi (Aldana Cometti). Tenemos muchas cosas que nos compenetramos muy bien. La mezcla de veteranía y juventud, ella más atrevida, yo más equilibrada, se transmite mucho en el campo y fuera nos llevamos muy bien y somos muy buenas compañeras.
¿Qué partido recuerda de una manera especial?
Recuerdo el partido del Albacete, una jugada ensayada, que nos miramos, Jenni (Morilla), Aldi y yo, y salió y fue el gol del desempate y sentí euforia. Lo recuerdo como un partido especial porque ganamos los tres puntos, después sufrimos muchísimo porque a Aldi la expulsaron. Pero lo recuerdo por esa compenetración.
¿Cuándo y cómo comenzó a jugar al fútbol?
Desde siempre. Tengo una foto muy significativa. Cuando cumplí dos años mi padre me regaló un balón de fútbol. Él es increíble con el fútbol le da igual el país, lo ve todo y es sevillista a muerte. En mi casa siempre se ha vivido esa pasión por el fútbol y yo creo que desde ahí tenía algo con el balón,una relación especial. Y empecé a jugar con los niños en la calle. También me gustaban otros deportes pero con el balón sentía otra cosa distinta.
¿Cómo decidió dedicarse al fútbol de manera profesional?
Creo que lo decides en el momento en el que tu vida no tiene más sentido que jugar, aunque tengas otros planes, porque la realidad del fútbol femenino es la que es, tienes que tener siempre un plan B. Pero lo decides en el momento en el que todo el mundo, o casi todo el mundo se está subiendo al carro y has dedicado tanto tiempo de tu vida a jugar de manera amateur o desinteresada y sientes que vales y dices por qué no? ¿Por qué no me puedo dedicar a esto mientras voy planeando mi futuro por otro lado? Yo soy maestra de educación infantil, educadora pero obviamente la primera opción en mi vida es esta. Este es mi trabajo.
Comenzó a jugar en el Sevilla se marchó al Sporting de Huelva y volvió, ¿por qué?
Porque esta es mi casa. Me he llevado mucho tiempo fuera de mi casa. Y salí de aquí por motivos económicos, y porque no sentía que el fútbol femenino estuviese bien valorado y decidí marcharme y estuve seis años fuera. El Sporting me ha dado muchísimo, experiencia y una Copa de la Reina. Y decidí volver en cuanto Amparo me llamó. Aquí se empezó a valorar muchísimo el fútbol femenino y no quise perder la oportunidad, porque estaban en mi casa, porque siento este escudo y porque se estaba dando la valoración que yo estaba buscando y pidiendo.
¿Es fácil compaginar la carrera como futbolista con su trabajo?
No puedo ejercer como maestra, porque tenemos un horario complicado. Entrenamos todas las mañanas, sabes cuando empiezas pero no cuando terminas. Cuando acabas el entrenamiento, te vas al gimnasio, te tratas y echas aquí toda la mañana y yo no podría doblar turno.
¿Podría vivir solo del fútbol?
Depende del contrato que tengas (ríe). Sí, se puede vivir. No se puede vivir con lujos, pero sí se puede vivir si se puede considerar ya que esto es un trabajo que te tienes que dedicar plenamente a ello y obviamente si no te cuidas tiene sus consecuencias porque no solo trabajas por la mañana, tienes que trabajar en alimentación, descansos, en médicos. Tu cuerpo es tu herramienta del trabajo.
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