Sevilla - Getafe: Compromiso y todo en su sitio (2-1)

Sampaoli, que no tenía mucho donde elegir (da igual cuando usted lea esto), se decantó por un once titular sin apenas sorpresas, encomendándose a lo justo y disponible. Regresaron tras cumplir sanción Nianzou y Rakitic, además de un Erik Lamela que acompañó en posiciones ofensivas a Youssef En-Nesyri. El marroquí, tras un buen Mundial y su hat-trick en Linares, fue el punta elegido para intentar horadar la muralla azulona. Nada de inventitos de falsos nueves o delanteros reconvertidos en extremos a pierna cambiada. No mojó pero fabricó ocasiones. Se le ve otra cosa, al fin. Su relevo en la segunda mitad, Rafa Mir, sí vio puerta… jugando también en su sitio. Sin ingenios modernos de entrenador.

Con una estructura reconocible y cada pieza en su sitio, el Sevilla tomó la iniciativa del choque desde el mismo pitido inaugural de Martínez Munuera. Justo antes, hubo un pequeño homenaje para los campeones argentinos Montiel, Papu y Acuña. Sólo se vistió de corto el último… que sería protagonista de todo. El equipo de Sampaoli, en su terrible sino, afrontó el trascendente envite de su vuelta a Nervión con ocho bajas.

Lo gustoso es que, a la espera de fichajes, algunos futbolistas han vuelto de Qatar que parecen otros. Empezando por el propio Acuña, un toro por la izquierda. El argentino ya dejó en la rentrée liguera en Vigo claros síntomas de que regresaba con las pilas del compromiso a tope. Qué contrastes. Cuando Acuña quiere y el pubis le deja es jugador de equipo grande. Tapona, percute, centra… y ayer además atacó con raza el área para apuntarse un tanto crucial, el 1-0 que ponía en ventaja a su equipo y validaba la superioridad de la puesta en escena blanquirroja. Al acabar el choque aprovechó para reivindicarse y darle un palito al club en sus propios medios oficiales: "Se dijeron muchas mentiras de mis lesiones y creo que no tuve el respaldo del club".

Acuña le formó varios líos a Damián Suárez durante esos primeros 45 minutos en los que también Jesús Navas, por la otra ala, martilleó y ensanchó el campo como pidió Sampaoli. El fútbol castigaba la apuesta timorata de Quique con el Getafe en Nervión. Antes de la diana de Acuña, entre David Soria y el palo ya habían evitado el tanto de Jordán. En-Nesyri, con la mirilla algo empañada, dispuso igualmente de un par de buenas acciones para marcar. El gol cayó por su propio peso, a los 36 minutos, aunque por la vía del balón parado. Rakitic botó el esférico de forma magistral y el 'Huevo', entrando de cabeza, no perdonó. Así respondió el campeón del mundo al homenaje inicial de los suyos. Qué alegría en Nervión… el Sevilla ganaba y merecía ganar. No es poco para la que viene cayendo.

Cabe reseñar la estilosa y eficiente versión de Rakitic, otra de las buenas noticias, así como la necesaria movilidad de Óliver Torres y la calidad del aplaudido Lamela. Luego se diluyó el violinista. Atrás, poco que contar en el primer acto… bueno, sí, que la enésima desconexión del zagal Nianzou casi deja al Sevilla con uno menos para invocar el drama. Llegó tarde y le dio el plantillazo a Ünal. El atropello se quedó en amarilla para alivio de todos en el Sánchez-Pizjuán. No aprende el galo. Antes del descanso, el mosqueado Ünal casi iguala la contienda en dos llegadas. En la primera llegó a marcar, pero el VAR cazó su milimétrico fuera de juego. Otro suspiro.

Y no sería el último, porque la segunda parte deparó otra historia, más fea, con un Sevilla que se dedicó a nadar y guardar la ropa, intercambiando los papeles protagónicos con su oponente. El riesgo que asumieron Sampaoli y los suyos fue elevado ante un Getafe que pincha arriba. Mayoral rozó el gol en un par de ocasiones claras. La más sangrante tuvo origen en una pérdida de Jordán por el medio, sazonada con un cabezazo atrás de Nianzou que dejó vendido a Bono. La acción resultó kamikaze. Y otra vez que se salvó el Sevilla. Sampaoli nada tiene que ver con el precursor del amateurismo que arribó a Nervión en 2016. Aceptó la lucha en el barro y el mediocampismo insulso. Jugar a que no pasara nada. Pasó, y bueno. En el tramo final el Sevilla convirtió el 2-0 y el Sánchez-Pizjuán enloqueció. ¿Será que ha cambiado el aire en 2023? Sampaoli volvió a esprintar por la banda como un poseso y la grada se quedó sin garganta. Rafa Mir firmó un cabezazo inapelable, jugando en su sitio, de nueve, aprovechando el excepcional servicio de Óliver. Había saltado al campo poco antes sustituyendo a En-Nesyri.

Dio tiempo también para el debut del fichaje invernal Loïc Badé. Y, por supuesto, para un epílogo de fatiguitas, ya que Mayoral haría su golito al final, a tres minutos del tiempo reglamentario para poner más suspense si cabe a la victoria sevillista. 2-1. Jolgorio, piña en el centro del campo, comunión de los jugadores con su afición... ¿vuelve el Sevilla FC?