Youssef En-Nesyri y Quique Sánchez Flores protagonizaron uno de los momentos más desagradables del Sevilla - Celta disputado este domingo. El delantero sevillista, autor del gol blanquirrojo, se enfadó con el entrenador cuando éste lo decidió sentar en el banquillo rondando ... la hora de juego. El técnico igulmente le hizo saber en la banda que los gestos que el punta realizó no eran los apropiados para la situación. Tras el partido, ambos dieron su versión sobre lo sucedido y aseguraron que no hay mayor problema entre ellos.
El delantero, a los medios oficiales del club señaló lo siguiente: «No ha pasado nada. Fue un cambio duro, son los nervios del partido. Sabe que yo siempre quiero ayudar a mi equipo. Como íbamos 1-0 no quería salir, estaba concentrado para hacer el segundo. Son cosas que pasan siempre. Lo tenemos que olvidar y prepararnos para ganar los próximos partidos y dejar a la afición tranquila y contenta». «Tenemos que seguir jugando y entrenar lo que nos falta para ganar más. Tenemos que ayudar entre nosotros siempre», había dicho también antes.
Quique Sánchez Flores fue más duro aunque aseguró no estar enfadado con el jugador. «Como podéis imaginar, entrenamos toda la semana 25 jugadores y me gusta que se traten entre ellos como iguales. Aquí nadie tiene más derecho que nadie a jugar más o menos minutos. Lo que no me gusta es que, lo primero, delante del escenario que es un partido de fútbol, se generen aspavientos, protestas o cualquier cosa que pueda ir en contra de la imagen del club. Puedo entender que, emocionalmente, todos tenemos en ese momento muchas pulsaciones, pero no puedo permitir que nadie se sienta distinto a otros a la hora de tener minutos. Cuando En-Nesyri, además, sabe perfectamente que estamos siendo condescendientes con un jugador que tiene una lesión en el tobillo desde hace dos semanas y está jugando mermado».
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