Márquez recae de su problema de diplopía

Tras la caída, el equipo médico de MotoGP confirmó que Márquez sufrió una conmoción cerebral y varios politraumatismos antes de ser trasladado al hospital de Mataram, la capital de la isla de Lombok, donde se le realizó un examen médico más exhaustivo y un TAC en el que se descartaron lesiones graves. Por precaución, se decidió que Marc Márquez no tomara parte en la carrera de Indonesia.

Según ha confirmado el equipo Repsol Honda , fue en el viaje de vuelta hacia España cuando Márquez comenzó a quejarse de estos nuevos problemas de visión. A su llegada a Barcelona visitó de urgencia en el Hospital Clínic a su oftalmólogo de confianza, el doctor Sánchez Dalmau, quien tras su exploración confirmó una recaída en la diplopía que el piloto sufrió el pasado mes de octubre.

Este martes el piloto español ha visitado también a su equipo médico liderado por el doctor Samuel Antuña en el Hospital Ruber Internacional de Madrid, donde le han realizado una revisión médica general para evaluar todas las contusiones provocadas por la caída y una resonancia magnética cerebral que han reconfirmado que no sufre ninguna otra lesión.

Poco después, el propio piloto informaba de su lesión a través de sus redes sociales, y aseguraba que parece menos grave: "Parece que estoy viviendo un déjà vu... Afortunadamente es menos grave que la lesión que tuve a finales del año pasado. Pero ahora toca descansar y esperar para ver cómo evoluciona la lesión. ¡Como siempre, muchas gracias a todos por vuestro apoyo!".

Márquez ha sufrido problemas de visión de forma recurrente a lo largo de su carrera, producidos por las conmociones cerebrales fruto de las caídas. La última de ellas fue el pasado mes de octubre, durante un entrenamiento del GP del Algarve, penúltima prueba de MotoGP el curso pasado. La caída obligó al piloto de Cervera a terminar de forma anticipada su temporada y a ponerse en las manos de los doctores durante más de dos meses. Solo a finales de diciembre comenzó a mejorar de sus molestias. Y por fin, a mediados de enero, pudo subirse de nuevo a una moto.

"Toqué fondo. Durante tres meses he estado sin hacer nada. No podía, me mareaba", explicaba el piloto durante la pretemporada al explicar su problemas. "Psicológicamente es duro. Lo deportivo pasa a un segundo plano. No podía hacer vida normal. El doctor me decía que no sabía cómo me iba a quedar la vista".