El Mago David Silva enfunda su varita

Hijo de Fernando Jiménez, un expolicía municipal (fue responsable de la seguridad de Mestalla cuando su hijo firmó por el Valencia y finalmente político y concejal en Gran Canaria), David no alcanzaba a imaginar cuando entrenaba con el benjamín del San Fernando, cerca de Maspalomas, que acabaría siendo una leyenda del fútbol español y una figura destacada en la historia de la Premier. Tenía ocho años y pocos saben que empezó como portero antes de convertirse en extremo. Desde bien pequeño ya se le conoció como David Silva, apellido de su madre Eva, de ascendencia japonesa, lo que explica la forma rasgada de los ojos del futbolista.

«El pequeño David jugaba con papas y naranjas frente a la casa cuando tenía dos años. A veces lo echaba del pasillo porque me volvía loca gritando 'fútbol, fútbol, fútbol'. Por eso empecé a hacerle pelotas con trapos, solo para evitar que saliera a patear frutas», explicaba su abuela Antonia Montesdeoca. Ni siquiera cuando el fuerte golpe de una pelota, a los tres años, le rompió el brazo le hizo desistir de su sueño de ser futbolista.

A los 14 años el Valencia se fijó en él. «Me sorprendió un poco al principio pero acepté su oferta y me uní a la división de jugadores juveniles». El Madrid le había rechazado por ser demasiado pequeño. Emigrar a la capital del Turia supuso un difícil cambio de residencia y de ambiente para un chico tan joven, pero en cuanto hizo amigos y se adaptó su evolución fue enorme a nivel futbolístico. Se formó en las categorías inferiores del Valencia y cedido en el Eibar y el Celta hasta que regresó al equipo che en la temporada 2006-07. «Fue muy duro dejar la casa tan pequeño y perder a tus amigos, tu familia y tu entorno. Lo dejé todo por el fútbol y sabía que tenía que ir a por él. Hoy estoy aquí y creo que las cosas han ido bien», recodaba en una entrevista. «Los primeros años de David en el fútbol profesional fueron duros. Trataba de ser fuerte pero cuando llamaba por teléfono podíamos sentir que estaba triste», explicaba su abuela.

Conocida su exitosa trayectoria en el Valencia (168 partidos y 32 goles en cuatro temporadas) y en el Manchester City (436 partidos y 77 goles en 10 temporadas), los grandes éxitos internacionales de Silva han llegado con la selección española, con la que ha conquistado dos Eurocopas (2008 y 2012) y el Mundial de Sudáfrica en 2010, formando parte de una generación única del fútbol español.

Talento, visión de juego y gol son algunas de las muchas virtudes con las que nos ha deleitado el canario durante todas estas temporadas, un jugador único y que nunca fallaba en las grandes citas. El 'Mago de Arguineguín' enfunda su varita obligado por una lesión de rodilla.