El segundo palo

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«De donde aún no ha sido capaz de salir el ministro de Deportes catalán del Gobierno de Sánchez es del oscuro armario del caso Negreira, el mayor escándalo hasta la fecha de la historia del deporte español»

El terror

Nuevos métodos de tortura

Miquel Iceta EP

Al contrario que al presidente del Consejo Superior de Deportes, yo no le concedo significación especial alguna a la orientación sexual de la gente. A mí, por ejemplo, me gustan las mujeres pero, en realidad, no he hecho nada para que sea así, no he ... trabajado más ni me he preparado para ello ni he estudiado ningún cursillo o he madrugado para entrenar, simplemente es mi naturaleza, no lo puedo evitar, me gustan mucho. Yo de un político no quiero que me confiese que es gay, no me interesa si le atraen los hombres, las mujeres o ambos; lo que yo, como ciudadano, exijo de un político es que agarre al toro por los cuernos y solucione los problemas. Lo digo porque el otro día leí que Francos, que sustituyó a Franco, destacó la valentía de Miquel Iceta por haber salido del armario, y seguro que eso supondrá algo especial para la familia del ministro o para el propio jefe del CSD pero al contribuyente le da absolutamente igual. Un político es valiente por reconocer un error, por ejemplo la ley del sí es sí, no por contar con quién se acuesta o con quién se levanta.

De donde aún no ha sido capaz de salir el ministro de Deportes catalán del gobierno de Sánchez es del oscuro armario del caso Negreira, el mayor escándalo hasta la fecha de la historia del deporte español. Inicialmente se puso de perfil, después citó la Biblia y luego hizo ¡chas! pero, al contrario que en la canción de mi amigo Álex de la Nuez, no apareció ni a tu lado ni en ningún otro sitio sino que desapareció, se evaporó, nunca más se supo de él hasta que el otro día, como digo, Francos lo rescató del baúl de los recuerdos para decirnos que es gay. Pues muy bien.

Que el árbol de Franco no oculte el tenebroso bosque Negreira, escribía hace meses Lendoiro, ex presidente del Deportivo de La Coruña. Eso intentó hacer Laporta inicialmente, agitar a Franco (Francisco, el Generalísimo, ni José Manuel ni Víctor) para conquistar a los más cafeteros. ¿Qué tiene que decir Iceta a propósito del informe de la Guardia Civil que deja claro que con Negreira el arbitraje no fue imparcial en España? ¿Y de lo expuesto por el juez, que habla de corrupción sistémica? ¿Y de lo declarado por el ex árbitro Albert Giménez, que denunció presiones? De ese armario es del que, como amante del fútbol, exijo que salgan de una vez por todas Iceta y el Gobierno. ¿Dentro o fuera? Lo demás, y también Rubiales, son cortinillas de humo.

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