El Sevilla araña un punto de oro en Turín

Había morbo por ver a Dani Alves de nuevo enfrentarse al Sevilla, pero esta vez con la elástica de la «Vecchia Signora». El brasileño no defraudó, a tenor de la intensidad y de los diferentes piques que tuvo con jugadores sevillistas, que aumentaron los vatios en la tensión, palpable en el terreno de juego de Turín. La primera mitad fue muy tosca. Hasta el minuto 26 no llegó el primer disparo entre palos del Sevilla, y sería el único en todo el partido . A la media hora de partido un mal saque de Rico estuvo a punto de volverse en su contra, pero en el mano a mano en la frontal consiguió limpiar la pelota a Dybala, que ejerció de líder de la Juve.

El colegiado, muy riguroso, sacó una dudosa tarjeta amarilla a Nzonzi . Tres minutos más tarde (40’) recibía el mismo castigo Iborra y al filo del descanso sucedió lo mismo con Rami , pero este último mereció la sanción pues ejecutó una falta en ataque que recordaba a los mejores judocas de los pasados Juegos Olímpicos (una llave para derribar al suelo a Bonucci). Así se llegó al descanso, viendo más otros deportes porque fútbol más bien poco.

Al regreso de la caseta, el Sevilla adelantó las líneas para intentar una técnica tan primitiva como efectiva: robo y contragolpe. El partido seguía sumido en choques de trenes, pelotas en largo y, sobre todo, ambos equipos confiaban sus posibilidades al juego a balón parado . Faceta en la que no tuvieron acierto. Los centros del Sevilla botados por Sarabia resultaban estériles y tres cuartos de lo mismo sucedía con los numerosos córneres que botó la Juve.

Llegado el minuto 58 se volvió a escuchar un ¡Uy! en Turín con un remate alto de Dybala. Pero es que solo un sesenta segundos más tarde retronó un ¡Gol!, que no fue. Gran jugada por el costado derecho del conjunto italiano que centró el balón templado y el Pipita Higuaín que pisó área en carrera impactó un gran cabezazo que se estrelló en el travesaño . Aviso. Y quién avisa no es traidor. El técnico sevillista lo vio claro y movió el banquillo. Joaquin Correa entró por Sarabia para buscar mayor profundidad. A los pocos segundos de saltar al campo el extremo le dio la razón a Sampaoli e irrumpió por la banda derecha para romper la cadera al defensa y sacar un disparo muy potente que cogió excesiva rosca y se marchó desviado.

Higuaín seguía buscando huecos en la defensa hispalense y pasado el minuto 70 logró rematar un balón, pero la ardua presión a la que fue sometido propició que su disparo se fuera muy desviado. No le salían las cosas. Mientras, Sampaoli daba por bueno el empate . Mariano entró por Kranevitter para asegurar el resultado. Sin embargo, cerca estuvo de acabar derrotado. Sergio Rico evitó la derrota en los instantes finales con una extraordinaria parada a un cabezazo de Sandro.

El Sevilla dio por válido un punto ante un rival muy poderoso, pero ofreció muy pocos recursos en la faceta ofensiva .

El choque entre Sevilla y Juventus será también el encontronazo entre dos maneras de ver el fútbol diametralmente opuestas. De un lado Jorge Sampaoli y su recién iniciada obra hispalense, frenética en su concepción y ambiciosa por decreto, tanto en el fondo como en las formas. Del otro, la Juventus de Massimiliano Allegri , uno de los equipos más potentes del continente y que cuenta con la firmeza de su bloque como virtud más primaria. Es el bloque de hormigón que tratará de erosionar el frenesí sevillista.

Ambos clubes se enfrentaron también en la fase de grupos de la pasada edición de la Champions League, con victoria en el cruce disputado en tierras italianas para los «bianconeri» (2-0), y réplica de los andaluces en el que ejercían como locales (1-0). El contexto era muy distinto, principalmente por parte del club español. Unai Emery era aún quien campaba por el banquillo local del Sánchez Pizjuán, lo que ya de por sí habla a las claras de lo que era el Sevilla doce meses atrás. La Juve, Pogba a un lado e Higuaín al otro, era un bloque muy similar.

Hablando a las claras, si el Sevilla hace un partido loco como los que viene acostumbrando, lo más probable es que la Juve haga sangre. En los pocos partidos en los que Sampaoli ha ejercido como técnico sevillista, el equipo ha evidenciado estar impregnado de arriba a abajo por los ideales del argentino. En lo bueno (ataques multitudinarios, con movimientos rápidos de la pelota y medio equipo cargando el área, los extremos ejerciendo de puntas y los laterales clavados arriba) y en lo malo (debilidad defensiva sangrante, sobreexposición de los centrales, laxitud del centro del campo). Incluso en las Supercopas ante Real Madrid y Barcelona, lo que podría suponer un antecedente a tener en cuenta de cara al envite frente al campeón de Italia. También es cierto que los encuentros ante los dos «cocos» del fútbol español fueron los del debut del técnico de Casilda, lo cual, unido al hecho de que fuesen en pretemporada, podría servir como pretexto para haberlos abordado de una forma tan aventurada. Las carencias defensivas de los de Nervión son el escenario perfecto para que los de Allegri acepten una salida atrevida del Sevilla, cierren filas en su campo y castiguen tras pérdida con los punzantes Higuaín y Dybala , pareja idónea para maltratar el sistema de Sampaoli.

Se antoja muy complicado que el Sevilla pueda dañar a un equipo con el poso competitivo de la Juventus propugnando una concepción del juego como la que está adoptando. Dicho de otra forma: puede que el Sevilla consiga hacer un gol, pero jugando así, la Juventus tiene todas las opciones para hacerle varios.

Si Sampaoli quiere entrar con buen pie a la Champions, deberá reflexionar sobre el camino que los referentes en esto llevan siguiendo en la última década. Incluso el Barcelona, guardián de la posesión por excelencia, se caracterizó siempre por tener una piel competitiva durísima, en la que la pelota no era sino la vía más directa que tenían para dominar con firmeza ntratable la inmensa mayoría de sus encuentros. Matizar su idea en pos de hacer de su equipo un bloque que pueda plantarse frente a frente con toda una Juventus de Turín parece a todas luces necesario.

Pero esto es fútbol, y Sampaoli es el que sabe. Habrá que estar atentos al partido de esta noche en el Juventus Stadium, porque puede decir muchas cosas de lo que será la temporada para este estimulante Sevilla que acaba de echar a andar.