fútbol femenino
Mujeres en el banquillo: María Vargas
La entrenadora del Atlético Féminas B se considera maestra y su objetivo es ayudar a crecer a sus jugadoras, dentro y fuera del campo
laura marta
María Vargas, entrenadora del Atlético Féminas B, empezó en el fútbol algo tarde, a la edad a la que Messi y Cristiano Ronaldo ya llevan 100 goles en una temporada, ella se probaba sus primeras botas para jugar en el equipo de fútbol ... de su facultad. Eran otros tiempos, dice, y casi los mismos problemas de ahora para que una mujer acceda al deporte rey de forma «profesional».
Pero María Vargas nunca ha entendido de techos de cristal, aunque este casi sea de plomo. Superó la etapa de jugadora y su vena educadora encontró una vía estupenda en los banquillos de fútbol : «Me encanta enseñar, me considero maestra y lo que más me llena, de siempre, es ayudar a crecer a las personas». Se especializó en fútbol femenino, no porque no pudiera otra cosa, pues su título de entrenadora Nivel III le da derecho a entrenar a cualquier equipo, masculino, femenino, de Primera división o incluso selecciones, « pero hay que ser realista . Antes, al fútbol femenino enviaban al que no servía para el masculino. Ahora ya no, por suerte, pero me gusta pensar que estamos aportando nuestro granito de arena en mejorar la técnica, la táctica y todo el fútbol femenino. Como en todo, ha faltado gente que sepa y que quiera ».
Ha tenido vivencias de todo tipo y sí, también entrenando a chicos . «Fue en un equipo juvenil, en verano, y una experiencia muy bonita; no hay tantas diferencias ni me pusieron más barreras, pero es muy difícil abrir la puerta en otros niveles». Rompe las creencias de que los equipos masculinos no quieren entrenadoras, y se queja de que las propias mujeres sean más condescendientes si el que ocupa el banquillo es un hombre que si lo ocupa una fémina.
«Falta más apoyo entre nosotras y menos envidia; ellos se apoyan más entre ellos y se tapan los problemas. Nosotras los sacamos a la luz. Uno de los problemas es que todavía no nos creemos que podemos estar ahí , y hacerlo muy bien».
Pertenece al Atlético Féminas desde hace 11 años y ha ocupado diversos puestos. Ahora llena el banquillo del equipo B y, por supuesto, le gustaría dedicarse a esto en exclusiva, vivir del fútbol. «Como ya he dicho, hay que ser realista y es la principal razón por la que no hay más mujeres entrenadoras. Puedes dedicarte mientras juegas porque tienes menos responsabilidades y menos edad».
Pero el fútbol femenino tiene fecha de caducidad: «Llega un momento en el que la vida te hace elegir y, por supuesto, el fútbol siempre pierde. No puedes vivir del aire. Yo tengo suerte porque tengo un trabajo que me deja compaginarlo, pero entiendo que no haya más mujeres en estos roles. Hay que hacer mucho sacrificio y no todas pueden o estar dispuestas a hacerlo ». Ella lo está, y no tiene intención de dejarlo, afortunadamente para las chicas que pasen por su equipo.
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